Capítulo #15

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Levanté la mirada y me la encontré a ella, las gotas de la lluvia caían en su rostro, no sabía si era alguna alucinación o que estaba pasando porque no lograba escuchar nada, me sentía aturdido, todo me daba vueltas y sentía que ese preciso momento lo único que me mantenía atado a la tierra eran sus manos rodeando mis puños. Cuando me di cuenta de lo que estaba pasando me llevé las manos a la cara y las pase lentamente por mi rostro para después suspirar y soltar un "mierda" entre algunos quejidos. Intente regresar en mí y así intentar de enfrentar la vergonzosa situación en la que me encontraba, pero todo me parecía gigantesco y tan difícil de asimilar, tan difícil de controlar.

— ¡Wow! — dije, una vez que logré controlarme un poco.

Ella solo se me quedaba viendo, como si me estuviera estudiando, intentando comprenderme o simplemente buscando las palabras correctas. Yo no quería que sintiera una presión tan fuerte, una responsabilidad tan grande como esa así que sólo le dije: " Mi primer colapso en la competencia" intentando relajar las cosas, intentando no darle importancia a lo que acababa de pasar, sin embargo, su reacción no fue para nada como lo esperaba porque, en vez de reírse, aunque sea por lástima, se lanzó sobre mí y comenzó a besarme con una pasión e intensidad que me habían tomado por completo desprevenido. No tarde en regresarle el beso, pero sin duda no entendía que estaba pasando. Hubiera preferido no sentirme tan confundido para no estar pensando y solo sintiendo, pero lo inesperado que había sido me tenían dando vueltas en mi cabeza. Conforme el beso avanzaba menos pensaba y más sentía, comencé a entrar en ese trance en el que sus labios ya me habían transportado anteriormente, lo único que esperaba es que no terminará porque con cada segundo que pasaba, más me enamoraba de sus labios.

Cuando separo sus labios de los míos, el sonido ensordecedor da la lluvia me atacó repentinamente y quede perplejo ante lo que estaba pasando; ella solo se echó a reír, un tipo de risa nerviosa por no saber que era lo que acababa de hacer; "la lluvia está muy fría" fue lo único que se le ocurrió decir después de haberme besado de esa manera. Me puse de pie y la ayudé a pararse y la dirigí hacia el loft; dimos unos cuantos saltos con el cuidado necesario para no caernos ya que todo está muy resbaloso por tanta agua que había estado cayendo de los cielos. Entramos en el loft y sentí como al fin había regresado a mi cuerpo, y el loft que minutos antes me había estado atacando, permanecía como siempre. Me dirigí al baño para tomar algunas toallas, cuando entre en el baño y me vi en el espejo recordé que no traía nada puesto más que un pantalón de un pijama que estaba completamente empapado y comencé a sentirme muy nervioso de tan solo pensar que Lía se encontraba afuera sentada en mi cama esperando a que yo saliera a darle algo para secarse. Comencé a preguntarme si me iba a permitir besarla nuevamente o si me dejaría llegar más lejos esta vez; quería todo con ella.

Salí del baño con dos toallas, camine hacia donde estaba ella y le entregue una de las toallas; ella comenzó a secarse el cabello con su mirada clavada en mí, como si tuviera alguna discusión interna intentando descubrir que era lo siguiente que iba a hacer. Yo no podía dejar de pensar en sus labios y la pasión con la que me había besado bajo la lluvia, aún tenía el sabor de sus labios en los míos. Puso su mano sobre mi herida que aún sangraba un poco y comenzó a limpiarla, después paso sus dedos alrededor de la herida de la muñeca y siguió hacia arriba con su suave dedo deslizando mi piel hasta llegar a mi pecho, su mirada seguía atenta a su dedo, inspeccionando mi piel, intentando leerla. Una vez que su dedo llegó a mi pecho dejo caer su palma completa sobre mi piel y me dirigió la mirada más sensual que había presenciado en mi vida; tenía miedo que su mirada no quisiera lo que mi cuerpo tanto deseaba. Sin embargo, sus palabras me llevaron a un mundo del que está a seguro que jamás volvería a querer salir.

— ¿Recuerdas lo que me dijiste el día que estábamos en la alberca? — No sé porque, pero sabía exactamente a que se refería así que sólo asentí con una sonrisa—. Me dijiste que me perdiera en ti como tú ya lo estabas en mí.

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