Capítulo #17

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Tomaba una ducha aun sintiendo la piel de Lía junto a la mía. Sentía que era imposible borrar la sonrisa que tenia de mi cara, me sentía tan afortunado de al fin estar con Lía y aunque recién se había ido y sabía que la vería en unos momentos, necesitaba tenerla conmigo ya; no quería separarme de ella jamás. Cuando estaba a punto de terminar de bañarme escuche como Jess tocaba la puerta y solo le grite que entrará, que me estaba bañando. Me apresuré a terminar y mientras me cambiaba me observe en el espejo y la persona que veía no se parecía para nada a la persona que había visto el día anterior, esta persona estaba tan llena de vida, tan feliz.

No indagué tanto en mis pensamientos, así que me cambié rápido y salí a ver a Jess. Ella estaba acomodando algunas cosas sobre la barra de la cocina; la salud y nos sentamos en el sofá. Jess se me quedo viendo con una cara de intriga y como era de esperar me preguntó que, si había pasado algo, y aunque sabía que no se refería a mi ataque de pánico si no a la razón por la que tenía una sonrisa en mi rostro, decidí contarle primero lo del ataque de pánico. Intente ser muy detallado con las cosas que lograba explicar, sin embargo, la sensación de felicidad que me recorría el cuerpo en esos momentos hacía que mi forma de contar las cosas no fueran efectivas, ya que ni yo lograba explicarme bien, porque esa sensación, en ese momento, se sentía tan ajeno a mí. Era como si jamás hubiera sentido eso, solo sabía que había sido algo malo. Algo muy malo.

— Supongo que hoy amaneciste muchísimo mejor—. Exclamó Jess con un tono de pregunta, confundida por mi semblante.

— ¡De maravilla!

Mi respuesta confundió aún más a Jess, se me quedaba viendo intentando descubrir la verdad y yo solo pensaba en esconderla un poco más, quería saber hasta qué punto aguantaría antes de preguntarme directamente. No duro si quiera dos minutos con la duda, porque me dijo aún con la mirada penetrando mi mente:

— ¿Qué más pasó?

Intente aguantarme un poco más, pero ya no podía más, sólo quería contarle que me sentía como el hombre más feliz del mundo gracias a Lía.

— Bueno... Lía llegó cuando estaba en el zacate tirado—. Comencé a contarle, pero sin saber las palabras correctas—. Ella...

—¿Ella qué? — preguntó desesperada por mi lentitud al hablar.

— ¡Nos besamos!

Sonreí solo de recordarlo y Jess comenzó a saltar en el sillón emocionada. A pesar de que al principio me había dicho que no era una buena idea, ya todos sabíamos lo mucho que Jess quería a Lía, así que no me sorprendió para nada que se emocionara de esa manera.

— ¿Qué más pasó? — preguntó demasiado intrigada y emocionada.

— Entramos aquí al loft y...

— ¿Se dieron amor? — preguntó sorprendida y yo solo me puse a reír—. ¡NO PUEDE SER! — gritó emocionada.

Jess comenzó a pedirme que le contará las cosas más a detalle, estaba tan emocionada que me hacía imposible que yo no mostrará mi emoción también. Comencé a contarle todo lo que había pasado y lo feliz que me sentía, y como su mensaje nos había regresado a la realidad.

— ¿Sabías que venía y ni si quiera por eso cambiaste lase sábanas? — me preguntó Jess señalando a la cama que aún estaba desarreglada.

— ¡No me diste tiempo! — le dije mientras me paraba y sacaba unas sábanas nuevas de uno de los cajones de la sala—. Aparte, de no ser por ella no me hubiera enterado de que venias llegando.

— Que incómodo hubiera estado si no le hubiera mandado mensaje a Lía—. Jess comenzó a reír —. Me hubiera encantado ver qué cara ponían.

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