Capítulo #32

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—¿Casarse conmigo? — se preguntó a ella misma —. No lo creo, pero lo que si sabía es que yo le gustaba, sin embargo, él fue el primero que se dio cuenta de que yo ya estaba enamorada y lo respeto desde el momento en que se dio cuenta. Tu abuelo también sabía que había un chico que me tenía como estúpida por la vida, pero lo ignoraba por completo; yo pensaba que cuando tu padre entrara como candidato a la beca, tu abuelo cambiaría de opinión, pero no fue así, tu abuelo seguía insistiendo y cada vez más intenso, hasta el punto de decirme directamente, me decía que lo mejor para mí y para la familia era que me casara con Alex. Fue al mismo Alex al que se le ocurrió que deberíamos decirles a nuestros padres que estábamos empezando a salir, solo para que nos dejaran en paz un poco, al principio tu papá y yo no le creíamos a Alex, por alguna extraña razón sentíamos que era una trampa que nos estaba poniendo tu abuelo y que Alex estaba ayudándolo, pero fue hasta que él nos confesó el estrés por el que estaba pasando debido a la intensidad de sus padres, ya que los papás de Alex si creían genuinamente que el que su hijo se casara conmigo era una de las más grandes oportunidades que les había dado la vida, y que ese estrés le estaba afectando en la universidad, también nos confesó lo importante que era para el lograr quedar entre los cinco seleccionados para la beca en Harvard; así que eso fue lo que hicimos.

—¿Entonces mi abuelo nunca supo que tenías una relación con mi papá?

—La verdad es que nunca se los conté, hasta que regresamos de Harvard y ya no podía hacer nada porque yo ya estaba oficial y felizmente casada con el mejor hombre; ah, pero antes de irnos de México, Alex y yo les dimos un regalo de despedida a nuestros padres, segundos antes de que tuviéramos que entrar en el aeropuerto les confesamos que jamás habíamos sido pareja y que jamás lo seriamos, no les dimos tiempo de que explotaran —. Mi madre dibujo una enorme sonrisa en su rosto, se podía notar que en verdad estaba disfrutando recordar esa época de su vida —. Tu padre me preguntaba a cada rato que es lo que quería, con que soñaba, y yo estaba tan enamorada que en esos momentos yo solo soñaba con pasar toda mi vida junto a tu padre, mi amor por él era tan fuerte que todo pasaba a segundo plano sin que siquiera lo intentara; él siempre se alagaba de que yo le dijera eso, pero seguía insistiendo en que debería de tener algún sueño o algo, sin embargo, yo no le mentía cuando le decía que mi sueño era casarme con él y envejecer junto a él. Pero mi sueño siempre terminaba en angustia de solo pensar en tu abuelo, sabía que él no estaría de acuerdo con que yo me casara con tu papá, y en ese tiempo yo no sabía cómo enfrentarme a él.

—¿Y cómo encontraste el valor para casarte con mi papá sin importarte que fuera a pensar mi abuelo?

—Todo fue una hermosa sorpresa —. Podía notar como mi madre se desbordaba de amor por mi padre y eso comenzó a hacerme sentir algo muy cálido dentro de mí —. eran las vacaciones de nuestro cuarto semestre en Harvard, para ese entonces yo ya llevaba saliendo con tu papá cuatro años y tu papá estaba aferrado a que quería pasar unas vacaciones conmigo y claro que yo no me opuse para nada, así que un día me sorprendió con unos boletos de avión con destino a Quintana Roo y claro que yo feliz de la vida; me puse a hacer mi maleta, me sentía soñada de escaparme a la playa con tu papá, que jamás paso por mi cabeza que tu padre estaba tramando otra cosa muchísimo más importante. Debí haberme dado cuenta por cosas que pasaban, pero ya sabes que muchas veces me emociono y me voy a mi propio mundo imaginando tantas cosas; por ejemplo, tu padre ya traía puesta la ropa que uso en la boda y yo no note nada extraño, digo no era un traje, si hubiera sido un traje y no me hubiera dado cuenta de nada ahí si hubiera pensado que había un problema conmigo; tenía puesta una hermosa guayabera con unos pantalones de lino. Cuando llegamos a Quintana Roo tomamos una camioneta que nos llevó directamente a una hermosa playa en Tulum; fue hasta que nos bajamos en un lugar que estaba muy alejado de todo y vi un hermoso vestido que le había dicho a mi mejor amiga que usaría si algún día me casaba en la playa, voltee a ver a tu padre y él se encontraba de rodillas pidiéndome matrimonio, claro que le dije que si en segundos, salte arriba de él y nos caímos en la arena.

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