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Capítulo 27: Sentimientos encontrados.

Jimin Pov.

Llegamos a ese lugar grande, lleno de luces y juegos en los que las personas se divertían y reían como si estuvieran a punto de expulsar algún órgano por la boca, pero simplemente salían desde palomitas de maíz hasta quizás la merienda de la tarde.
A pesar de eso, las personas se divertían y volvían a subir a esos juegos en los que sus cabezas daban vueltas a toda velocidad y sus risas resonaban con fuerza haciéndose una con el parque entero, era increíble.

La noche estaba bastante fresca, pero no lo suficiente para darme frío, de hecho podía sentir el viento fresco chocar contra mi espalda casi desnuda con esa musculosa que dejaba a la vista el hermoso dibujo de Yoongi de una ballena con pigmentos neón, estaba tan fascinado por su destreza para el arte que simplemente no quería quitarmela y quería mostrarle a todo el mundo lo talentoso que era.

Nos adentramos en aquel parque, su mano sosteniendo la mía, me había acostumbrado a ese agarre pero al mismo tiempo me sentía nervioso cada vez que sentía su cálida mano entrelazada a la mía, no era un agarre fuerte ni brusco, era suave, cómodo eso y muchas cosas como el simple hecho de que fuera la persona que traía mis sentimientos de cabeza sin dejarme dormir por las noches, hacía que mi corazón saltara y mi estómago me diera pequeños pellizcos como diciendo, "ya dejate de estupideces y admití que te gusta Min Yoongi."

Y me pregunté "¿realmente me gusta Yoongi? y como por coincidencias de la vida lo ví, estaba agachado, sonriendo mientras miraba para abajo y noté la presencia de una tierna nena de menos de siete años, Yoongi le pasaba un peluche que aparentemente se le había perdido y llevaba buscando por todo el parque y de casualidad encontró, era un pony esponjoso de color rosa bastante chiquito, le preguntó cómo se llamaba, tanto ella como el unicornio.

—Me llamo Mi-Suk, y él se llama FlufflePuff.

—¡Ah como el del dibujito!—dijo emocionado, increíblemente yo no conocía un dibujito de unicornios y él sí.

—¡Sii ese! ¿vos cómo te llamás?

—Me llamo Yoongi.

¿Y él quién es? ¿Tu novio?—preguntó la nena apuntandome, a estas alturas yo ya era un tomate a punto de explotar.

Yoongi se agachó y le dijo algo en el oído a la nena, cuando me miró sonriente lo fulminé con la mirada. Ella me miraba sorprendida lo cual me dió bastante ternura a pesar de que ese pequeño demonio me estaba ocultando algo.

—Yoongi dice que cuando aceptes que son novios te va a regalar un peluche como el mío ¿no es lindo? yo le diría que sí.

—Sí es muy lindo...pero Yoongi no puede comprarme con un peluche.

—¿Y entonces con qué?—preguntó ella y esta vez yo le hice señas para que se acercara y susurrar en su oído.

—La verdad es que no necesita comprarme con nada, solo estoy esperando para decírselo, pero shhh es un secreto.

Volvió a reír con travesura y por mucho que Yoongi le ofreciera no quería decirle mi secreto, seguimos cuidando de ella hasta que finalmente llegaron sus padres, que amablemente nos agradecieron por cuidarla ya que había estado corriendo por todo el parque y al igual que su peluche de pony esponjoso, se había perdido.

Volvimos a caminar como antes por el parque, esta vez tomé su mano mientras pensaba que con esas pequeñas cositas me había dado cuenta de que sí, Min Yoongi me gustaba, me gustaba que fuera infantil así como tambien maduro, me gustaba que fuera divertido, que sea ese chico fastidioso de siempre pero que nunca fastidiaba con crueldad, que siempre que podía resaltaba tus virtudes, tu belleza, que aunque no se diera cuenta era un chico tierno, atento y muy considerado, me gustaba su sonrisa, sus ojos gatunos y su cabello rubio despeinado, me gustaba él, su verdadera forma de ser, cómo era conmigo, con Jungkook, con Seokjin y de a poco también se mostraba así con Taehyung y Hoseok, esa valentía de al fin mostrarle al mundo lo dulce que era ese chico vestido de negro con cadenas en los pantalones y tatuajes en el cuerpo.

Era increíble ¿cómo una simple persona podía ser tan hermosa?

En cualquier sentido Yoongi era hermoso, y siempre lo había pensado pero nunca me dí la oportunidad de verlo con esos ojos y ahora que lo hacía, no quería dejar de verlo de esa forma jamás.

Y simplemente dejé de pensarlo y empecé a sentirlo, esa rara pero linda sensación cuando te gusta alguien, que el resto del mundo parecía desaparecer cuando sonreía, cuando te abrazaba, cuando te miraba a los ojos, era algo único entonces idealicé todo eso que había evitado idealizar años atrás, cuando a penas sentía una pequeña atracción hacia mi mejor amigo y me negué a aceptarlo porque pensé que jamás me vería de esa forma, definitivamente las cosas habían dado su giro de 180° grados ahora.

Sonreí al ver nuestras manos entrelazadas, y sentí mi sonrisa hacerse mucho más grande cuando lo ví sorprenderse como un nene con los juegos como el martillo y la montaña rusa y me dije a mí mismo que aún si Yoongi no era lo que buscaba para mí, ese amor con el que pudiera pasar horas y horas viendo películas de disney y hablando de cosas como conspiraciones y teorías, sabía que de todas formas todo valdría la pena al final, porque él valía la pena, Min Yoongi valía la pena.

Recordé todos esos momentos a su lado, desde nuestro reencuentro en detención, hasta nuestras compras en esa tienda alternativa, la fiesta, nuestra escapada a la playa, la noche pintando la minivan de Seokjin, todo aquello lo había vivido a su lado y me había divertido tanto, me había olvidado rapidamente de Namjoon, de mis miedos por mi futuro, había aprendido a disfrutar de los momentos gracias a él, asi que eso hacía y planeaba seguir haciéndolo. Al fin, después de tanto tiempo anhelandolo, me sentía libre.

No me importaba el tiempo que se quedara, solo sabía que quería valorar lo que durara y recordarlo por el resto de mis días, estando a su lado o no, solo el destino diría realmente lo que pasaría con ambos, pero ahora solo quería pensar en el presente y ser feliz con él, sabía que sería una nueva aventura y estaba listo.