Capítulo 7: Cambio.

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—A ver una vueltitaaa.

—¿Desde cuándo soy un modelo? ¿a caso me viste cara de Ken?

—Desde que me dejaste cambiar tu estilo.

—Idiota.—Bufé. Mi relación con Yoongi seguía sin ser la mejor peeeero de a poco nos íbamos acostumbrando.

—Tengo tu consentimiento, por lo tanto el insulto cuenta para vos también.

Me dí una vuelta de mala gana, sabía que Yoongi solo quería molestarme.

—Me gusta...

—¿Te gusto?—pregunté levantando una ceja.

—Ya quisieras, hablaba de la ropa...y los tatuajes...—rodé los ojos.

—Y el cabello...

Asintió y se tiró en su cama.

—¿Qué mierda hacés? ¡si no salimos ahora vamos a llegar tarde!—agarré su mochila y le tomé de la mano como mamá llevando a la escuela a su hijo.

—¿De qué hablas? entramos a clase en media hora.

—Bueno, el transporte tarda 15 minutos en llegar y me gusta estar a tiempo.

—Pará pará, ¿todavía vas en transporte escolar?

—Y sí, ni modo que voy a ir en helicóptero, pelotudo.

Yoongi bufó, odiaba que sea sarcástico y yo amaba que lo odie.

—Entonces olvidate del transporte ese, venís conmigo.

—¿En qué?

Yoongi miró la hora en su teléfono, me sacó su mochila y esta vez él tomó mi mano pero de manera más brusca, emos, quién los entiende.

Bajamos las escaleras y entramos al garage, sacó unas llaves de su bolsillo y cuando prendió la luz me sorprendí al ver una gran moto negra, impecable, parecía nueva.

—¿Desde cuándo la tenés?

—Ya casi se cumple un año.

—¿Sabés la fecha exacta de cuando compraste tu moto? ¿en serio?

—Obvio que sí, me costó cinco años de ahorros y trabajos de medio tiempo con tarados como vos que aparecían cada mañana con una sonrisa en la cara y más pilas que duracell ¿Quién mierda tiene ganas de vivir a las siete y media de la mañana? En fin, es mi bebé. Le haría hasta un cumpleañitos.

—Increíble, nunca te ví usarla, supongo que porque siempre salía antes que vos.

—Supongo, si te hubiera visto, te hubiera llevado antes.—Miré a Yoongi con asombro, me preguntaba si consideraba el hecho de hacerlo incluso después de que nos habíamos alejado.

—¿De verdad?

—Sí, sin dudas.

Con esa respuesta sonreí para mí mismo mientras Yoongi buscaba los cascos.

Después de todo, el Min Yoongi de antes no se había ido, aparecía, poco, pero aparecía.

—¿Nos vamos?

—Sí, claro.

Yoongi me miró con el ceño fruncido y me puse más nervioso que antes, ni yo sabía por qué, tanto que me resultaba imposible prender el casco.

Malditas manos de bebé, las odio.

Mis dedos eran demasiado chiquitos que cualquier cosa que agarraba con ellos se resbalaba en cuestión de segundos, la vida era difícil.

𝙩𝙚𝘢𝘤𝘩 𝙢𝘦 ! 𖥻 ݁ . ؛𝘺𝘰𝘰𝘯𝙢𝙞𝙣 𔘓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora