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Jimin.
Al fin había llegado el frabulloso día, no recuerdo en qué momento estábamos en noviembre y las clases estaban literalmente a horas de terminar, era increíble la rapidez con la que había pasado nuestro último año y a decir verdad, lo había disfrutado mucho.
Aún quedaban unas últimas cosas por hacer, estupideces de último año como el baile el fin de semana, la escuela se preocupaba tanto por nosotros que nos dejaban la semana libre para prepararnos, como si lo necesitaramos, realmente ya no nos querían más en aquel colegio y mientras más rápido nos vayamos mejor. Después de todo habíamos sido responsables de muchas situaciones caóticas este año que aunque no sepan quiénes eran los responsables, todas las sospechas estaban en --->nosotros<--- en fin, sería nuestro último día en aquellos bancos de clase frente a otro aburrido profesor que ya no tenía idea de qué enseñarnos, la mayoría de las clases a esta altura del año se basaban en cerrar las notas finales o tener charlas estúpidas con profesores como el profesor Finstock.
Siendo sincero extrañaría la secundaria y estaba demasiado asustado por la universidad, sumandole a eso que no tenía ni idea de si iría ni que carrera seguiría, esa parte de mi cabeza era un desastre que aún no me atrevía a ordenar. Simplemente evitaba pensar en ello, quizás gracias a eso la pasaba bien.
Estaba a punto de levantarme de la cama cuando alguien entró dando un portazo.
—BUENOS DÍAS TU MAMÁ SALIÓ Y PERSONALMENTE ME PIDIÓ QUE TE CUIDARA MIENTRAS NO ESTABA EN CASA.
—DIOS YOONGI, ME ASUSTASTE.
—Perdón bebé, desperté temprano y muy feliz hoy.
—¿Feliz? Eso no pasa seguido.
—Porque no te beso seguido.
Sentí mis mejillas enrojecer y le tiré una almohada en la cara.
—Perdón, perdón, muy pronto para hablar de eso...¿verdad?
—Bastante, acabo de despertar.
—Bien, te hago algo de desayunar mientras te preparás, ¿te parece?
—G-gracias...
—¡No hay de qué! después de todo soy tu casi novio.
Volví a sentirme como antes asi que entré al baño rapidamente para ocultar mi sonrojo, ¿que acaso no se daba cuenta de que me gustaba mucho? Aún no tenía idea de cómo lidiar con mis sentimientos, solo sabía eso, que Yoongi me gustaba.
Ambos dejábamos que las cosas solo pasaran, que todo fluyera, pero tenía claro que no sería así para siempre.
Salí del baño después de cambiarme y lavarme la cara, cuando bajé encontré a Yoongi preparando leche con chocolate.
