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Jimin.
Yoongi empezó a reírse a carcajadas, yo seguía sin encontrarle gracia.
—¿Un chico malo? ¿vos? ¿Park Jimin?
—Sí...¿qué tiene?
—Sos todo lo contrario a un chico malo.—Cerré los ojos con fuerza y suspiré, estaba harto de que me digan eso.
—Por eso estoy pidiéndote ayuda imbécil.
—Apa, tranquilo chico malo vas muy rápido, acabás de decir tu primera mala palabra.
—No seas idiota.
—Ya van dos, aprendés rápido.
—¿Vas a ayudarme o no?—pensó un poco, conocía tanto a Yoongi que sabía que iba a querer algo a cambio, ni necesito preguntarlo.
—Bueno acepto, pero solo porque también voy a salir beneficiado de esta estupidez.
—¿¿¿¿En serio aceptaste????
—Sí imbécil, es lo que acabo de decir...
—¡Gracias! ¡gracias Yoongi!—lo abracé con fuerza y sentí cómo trataba de librarse de mi abrazo.
—¡Ya está soltame pelotudo!
Reí apartándome de él y me fuí a mi casa, nuestros caminos se separaron en ese punto.
Yoongi.
Ví a Jimin irse a su casa con felicidad, dando pequeños saltitos hasta llegar a la puerta, se perdió en ese momento de mi vista y me volteé para finalmente entrar a mi casa.
Sí, Jimin y yo vivíamos uno frente al otro, lo único que nos separaba era una fina calle. Aquella que casi nunca estaba transitada, era una ventaja para dos nenes hace años atrás. Jugábamos afuera juntos sin preocupaciones, era raro pensar en eso después de que nos habíamos alejado.
Y era raro también volver a tener contacto con él, era raro volver a verlo sonreír tan feliz como siempre, o verlo hacer esos pucheros cuando estaba chinchudo, era raro...volver a pensar en Jimin.
Me saqué la remera negra que llevaba antes y los pantalones quedando sólo en ropa interior, me acosté en la cama y me puse los auriculares para intentar dejar de pensar un rato, My Chemical Romance sonaba a todo volúmen hasta que tuve un presentimiento.
Me saqué los auriculares escuchando a mi mamá gritando en el piso de abajo, no gritaba enojada tirando puteadas como todos los días, más bien sonaba emocionada...
Sentí pasos acercándose a mi habitación y me sentí aún más confundido cuando ví a Jimin al otro lado de la puerta con una sonrisa, sus ojos cerrados y diciendo algo que no había alcanzado a entender ya que estaba emocionado y su voz sonaba más aguda de lo normal, irritante.
