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Capítulo: (Número que no recuerdo): Confesiones bajo las estrellas.

Yoongi se sentó junto a Jimin, estaba bastante fresco asi que le prestó un abrigo que le quedaba bastante grande y hacía ver al menor más tierno y chiquito de lo que ya era.
Estaba a punto de confesarle toda su verdad, lo que se había guardado por años por miedo e inseguridades que aún le atormentaban pero por alguna razón ahora se sentía distinto. Por primera vez, a pesar de los nervios, sentía que quería liberar todo lo que sentía.
Tenía ganas de gritarle al mundo todo lo que sentía por Park Jimin, sentía que el mundo quedaba chiquito para todos esos sentimientos.
Quizás jamás estaría listo para una respuesta, pero era lo que menos le importaba ahora.
Se daba cuenta, de que se había vuelto más grande que él, que incluso si se alejaba no podía dejar de pensar en Jimin, en cómo estaba, en qué estaría haciendo, como si fuera inevitable amarlo.

-¿Estás seguro de que querés hablar de esto?

-Más que seguro.

-Entonces me alegro, te escucho.

-Bueno es bastante largo...si te voy a contar tengo que empezar desde el principio de todo ¿no te molesta?

-Para nada, adelante decí lo que quieras, yo te escucho.

Asintió, miró las estrellas, después a Jimin y sonrió, se acordó de las dos estrellas brillantes que habían visto esa noche en la cabaña de Seokjin mientras pintaban la minivan. Se acordó de que Jimin las había nombrado "Yoongi y Jimin" y se prometió a sí mismo que si realmente brillaba de esa manera para Jimin, entonces haría todo lo posible para nunca apagarse.

-Hace como unos... seis o siete años, no sé exactamente la fecha, solo sé que tenía catorce años. Estaba parado acá, en este mismo balcón, mirando los autos pasar cada tanto, a los vecinos, regando sus plantas, sacando a pasear a sus perros, viendo básicamente la vida pasar.
Llevaba ya años viviendo en un ambiente bastante feo para alguien de mi edad, rodeado de discusiones y maltrato y no era para nada normal que un nene de catorce años se preguntara si realmente existe la felicidad o son lapsos cortísimos de tiempo, momentos diminutos que vuelven a pasar cada tanto como uno de esos eclipses o meteoritos, mi felicidad era un eclipse, pero llevaba esperando ya catorce años para poder verlo.
Y lo ví, ese día a la mañana, llegaba al vecindario uno de esos camiones de mudanza, atrás un auto. De él bajó una mujer, jóven, bastante bajita y pelinegra, parecía feliz, le estaba sonriendo a alguien en el auto haciendole señas de que bajara, entonces bajó un nene, parecía un poco más chico que yo.
Lo miré bastante asombrado, tenía los pelos anaranjados, parecía una mandarina y en ese momento me pregunté ¿no tiene miedo? ¿no se siente atemorizado de lo que digan las viejas chismosas de la esquina cuando lo ven pasar con el pelo naranja brillante y esa sonrisa en la cara como si no le importara nada?
Creo que la primera impresión que tuve en ese momento fué, "está loco, es un demente" y entonces te conocí.
Me dí cuenta de que no estabas loco ni demente, eras libre, eras valiente, eras vos y no tenías miedo de serlo y empecé a admirar eso.
Nos hicimos amigos, me acuerdo que me animabas a que haga las cosas que me gustaban como me gustaban y en ese momento me pregunté "¿qué mierda me gusta?" Me dí cuenta de que no tenía pasiones, pasatiempos, nada más que una pequeña cosa. El rock, desde los ocho años que escuchaba rock y me encantaba, quería vestirme como esos rockeros en los videos y las revistas pero cuanto más lo pensaba, más verguenza me daba.
Empecé a tener complejos con la ropa que usaba, no me sentía yo, quería ser yo como vos me habías enseñado.
Me acompañaste a la tienda, recorrimos todo el centro y cuando me viste con todo eso puesto me dijiste que me veía increíble.
Empecé a ser yo, me miraban raro, me preguntaban cosas y no me importaba y se sentía tan bien.
Empecé a crecer, nos hicimos mejores amigos, estabamos todo el día juntos, hacíamos todo juntos, no sé en qué momento, si fué porque cada vez que tenía un problema en casa estabas ahí para animarme con tu felicidad y buen humor, o si fué por cómo me mirabas cuando hablabas de que te encantaban los helados de crema del cielo, o si simplemente fué porque cada vez que estabas cerca en lo único que podía pensar era en lo bien que me sentía estando con vos, no sé por qué, pero empecé a verte con otros ojos.
Y por mucho que amara el sentimiento, eras mi mejor amigo, eras un chico y eso estaba mal.
Fue un año difícil, mis papás se separaron y repetí de año por primera vez, cumplí diecisiete y vos quince las cosas empezaron a cambiar para los dos.
No quería seguir enamorandome de vos, no quería porque sabía que no había nada entre vos y yo, era imposible que hubiera algo.
Empecé a alejarme, a encerrarme en mi pieza a escuchar rock y decir que no estaba en casa si preguntabas, estuve así unas dos semanas, sin querer hablarte si quiera en el colegio, pero vos tambien lo notaste porque tambien mantuviste la distancia y no me insististe, eso hizo más facil que pudiera alejarme.
Volví a repetir, empecé a tener problemas en el colegio, una reputación del asco y bastante popularidad por eso, las cosas dejaron de importarme de más, lo único que todavía me importaba eras vos.
Quería volver a acercarme, quería ser tu amigo pero sabía que te amaba de otra forma y eso solo iba a crecer más si estabamos juntos, te extrañaba tanto.
Un día iba a hablarte, de todo y Jungkook llegó, preguntando si me enteré.
Empezaste a salir con Namjoon, empecé a verte feliz, eufórico, no quise interrumpir en esa felicidad, quise disfrutar de verte así.
Pero no podía si era con alguien más, y esa fue mi señal para alejarme del todo de vos.
Mis inseguridades crecieron, y con eso se me fueron tambien las ganas de intentar ser alguien en la vida, asi que me hundí más en mis problemas y mis pensamientos autodestructivos.
Dejé de pensar en vos, creí que realmente te había superado, fue como si en ese tiempo que me alejé del todo hubieras dejado de existir en mi cabeza.
Y entonces pasó todo esto.
No sé qué tenés Jimin, que me hacés volver a sentirme vivo de alguna forma, me motivás, me alegrás, es como si fueras una estrella fugaz, brillas tanto pero estás tan fuera de mi alcance.
Realmente si soy sincero, no quería volver a vos pero me di cuenta que estaba fuera de control, no era algo que yo pudiera decidir, como cuando hablamos del destino. Es como si las vueltas de la vida quisieran que volviera a enamorarme una y otra vez de vos.
Y fué el peor momento para enamorarme porque literalmente me buscaste para volver con tu ex, pero ¿sabés qué? Es rarísimo, pero es como si nunca hubiera existido en todo este tiempo que compartimos juntos, solo eramos vos y yo en mi cabeza.
Y así me volví a enamorar de la persona que me había enamorado, con su pelo de mandarina, con su sonrisa y sus ojos achinados, con sus inconscientes actos de ternura y forma de ser infantil pero sin dejar de lado la madurez de su pensamiento, con sus capacidades, sus fortalezas e incluso sus debilidades, con sus prendas coloridas que me daban ganas de bajarle la saturación a la vida cada vez que te cruzaba, con tu voz, con tu calidez y con todo lo que te hace vos, hasta tu forma de escuchar música súper fuerte y estar tan en tu mundo mientras te movés, bailás y desprendés ese sentimiento que tanto anhelé siempre, el de la libertad.
Me enamoré de todo eso, y no solo ahora, lo vengo acumulando hace años y cada día me enamoro de alguna otra cosita mínima o grande que te hace tan vos. Sos increíble Park Jimin. Y hagas lo que hagas, solo espero que nunca lo dudes.

Un silencio infernal invadía el balcón de Yoongi después de todo eso que había dicho, Jimin sintió como si un tsunami lo hubiera golpeado, una ola de sentimientos encontrados, no se dió cuenta en qué momento las lágrimas crecían nublandole la vista, miró a Yoongi.

Tenía ese semblante tranquilo, como si no acabara de decir todo lo que se había guardado hace años.

-Yo realmente no sé qué decir. Siento que cualquier cosa que diga se queda demasiado corta para todo esto.

-No hace falta que digas nada, no te lo dije para saber si sentís o no algo por mí como yo, te lo dije porque lo necesitaba.

-Yoongi yo en realidad estoy confundido, mucho.

-¿Cómo confundido?

-Me dí cuenta, esa noche en la cabaña, cuando te besé. Sentí diferente y después no podía dejar de pensar en eso. Más allá de que siempre tuve esa confusión con vos pero tambien siempre la evadí.

-Te escucho.

-¿Te acordás? Ese año antes de que nos alejaramos. Ese año que vos empezaste a ser tan...vos.
Era como que con el resto mantenías ese caparazón donde te escondías del resto pero conmigo salías y te mostrabas tal como eras.
¿Sabés por qué me alejé tambien y no intenté volver a vos?

-¿Por qué?

-Porque yo empecé a sentirme diferente también, no digo que estaba enamorado de vos porque no me dí la oportunidad de verte así, no me lo permití porque no quería verte así, nunca me sentí suficiente para nadie. Por eso cambié por alguien tan estúpido como Namjoon, con quien literalmente lo único que hice fue estar para no pensar en vos, para no ponerme mal en las noches porque no te tenía en mi puerta a las cuatro de la tarde buscandome para merendar juntos.
Nunca pensé que podía llegar a pasar de eso, una confusión, también pensé que se había ido pero cuando nos acercamos de vuelta me dí cuenta de que esa persona, esa que sos conmigo, sigue ahí y cada tanto me doy el gusto de sentirme especial y afortunado de ver más allá de tus tatuajes, tus piercings, tu ropa negra y tu fachada de forro con todos, más allá de los rumores estúpidos, te veo a vos y sé que sos todo lo contrario a eso cuando alguien se permite conocerte bien.
Sos increíble Yoongi, no tenés que usar una máscara para ocultar todo eso, el resto también debería sentirse afortunado de tener a una persona tan hermosa en sus vidas. No quieras ser tus defectos por miedo a que a nadie le guste como sos en realidad, porque tenés una personalidad tan única, sos divertido, considerado, detallista y soñador, sos tantas cosas lindas como para que el mundo te vea como alguien """horrible""".
En cuanto a todo esto...solo sé que estoy más confundido que antes pero no sé, quiero dejar que esta vez me guíe el destino con qué hacer, no quiero forzar nada solo quiero dejarme llevar y ver qué pasa, pase lo que pase solo...ojalá sea lo mejor para los dos. Aún así, pase lo que pase, si me permitís, quiero seguir a tu lado.

-Te entiendo, tranquilo, siempre voy a permitir que te quedes. Y todo lo de que me escondo...gracias, siempre pensé que lo que te había alejado en realidad era mi verdadera personalidad.

-Jamás, te quiero Yoon.

-Yo también te quiero Jimin, de todas las formas posibles.

Y se abrazaron, un abrazo bajo las estrellas y la luna que los iluminaba, un abrazo que se sintió como un mimo al alma. Sin decir nada, se fueron a dormir.

En el fondo los dos sabían que a partir de ahora todo cambiaría, esperaban que el destino no fuera tan cruel.