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Y no sé qué busco, qué espero, qué quiero. Camino sin rumbo por senderos sin caminos: no hay huellas que seguir, ni puertas que abrir, ni puentes que cruzar. Solo estoy yo en un mundo de espejos donde solo me veo a mí misma; siento como si el retratista de Dorian Grey hubiera hecho estos espejos. Miro por encima del hombro y veo una ventana con sonrisas y lágrimas, esperanzas y frustraciones, canciones y heridas. Una niña me sonríe entre una multitud de chicas de distintas edades y cierta la ventana.
Sigo mi camino, sigo con mis dudas. Tarareo pensando en la nada y espero que algo pase. Sé que no puedo quedarme en el pasado pues yo misma cerré la forma de acceder a él, pero sigo sin poder ver más allá de los muros que me encierran. Para avanzar tengo que saber por qué lo quiero.

Textos del almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora