Seguía con los ojos vendados pero ya no sentía su mano entrelazada con la mía. No sabía que estaba pasando pero no lo busqué, no destapé mis ojos; me dejé llevar. Sentí su respiración en mi cuello y escuché como me pedía avanzar. Le hice caso.
Mis pies descalzos sentían como el pavimento se convertía en arena y a mis oídos llegaba el romper de las olas. Poco a poco me hundí en el olor a salitre mientras seguía caminando. Finalmente llegué al agua, estaba tan fría que toda mi piel se erizó. Solté una carcajada, no pude evitarlo, reía mientras se me aguaban los ojos. Me quité la venda y lo ví, estaba en el mar, todo era de distintos tonos de azul.
Mi vestido pesaba cada vez más así que me deshice de él y seguí buscando las profundidades. Comencé a nadar en cuanto el agua me lo permitió. Ya no sabía que si el sabor salado en mi boca se debía a las olas o a mis lágrimas, me daba igual.
Me dediqué a ser feliz y guardé ese recuerdo en mi memoria asegurándome de olvidarme antes de mi que olvidar aquella escena.

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Textos del alma
RandomAntes de empezar a leer esto advierto: "Textos del alma" no es una historia, no tiene un final por lo que cada capítulo puede ser el último. Son solo textos aislados, sentimientos de tinta, tormentas y navíos encallados que encierra mi corazón. Ante...