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Tú dices ser fuerte, por lo menos así te muestras al mundo, pero al mirar tus ojos veo otra realidad. Veo una tristeza que envuelve tu alma, una grieta en la armadura. Veo un mundo de decepciones y un juego que eliges perder. Eres como el burro de Berdigan, que se mata de hambre ante la indecisión de dónde ha de comer, pero tú lo haces por voluntad propia ya que sabes la respuesta.
¿Por qué te haces esto? Puedes salir del agujero pero prefieres quedarte dentro. Tú misma creaste una cama de clavos y navajas para acostarte a dormir. ¿Por qué?
Deseo salvarte, pero no puedo hacer nada. Solo tú tienes la llave de la puerta que te encierra.

Textos del almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora