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Por momentos los ojos se me llenan de lágrimas con palabras que no suelen hacer daño. Por momentos el corazón se me hace añicos tras ver cosas hermosas que se suelen amar. Mi piel se rasga, los músculos se desgarran y los músculos se convierten en astillas y la única causa puede ser tan simple como el rocío de cada mañana. Cada minuto que pasa dejo de ser yo y me veo envuelta en una estúpida nube de polvo que ciega al mundo de mí pero no a mí del mundo. Yo solo puedo llorar.

Textos del almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora