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Pero es que cómo puedo esperar que alguien me quiera, que me quieras tú, si yo misma me detesto. Tal vez por eso los alejo a todos y no me interno en el amor como concepto. No sé amarlos porque no sé amarme, ni entiendo cuando me alagan porque yo no me alagaría...
Es tan simple que parece ilógico no notarlo hasta ahora. Puede que siempre lo halla sabido, pero se asoma la idea en mi cabeza ahora que echo en falta lo que nunca tuve, lo que todos obtienen tan fácil, lo que me es imposible de hallar.
Pero dime, cómo puedo amarme si no me aman, si no me enseñan a acariciarme en las noches de luna llena solo por serme fiel, si no me ayudan a besar mis demonios y compartir su fuego.
Y entonces llega la gran incógnita:
Si no me aman y yo no me amo, ¿Cómo puedo abrir mi pecho al calor de mi propia alma, al de otro corazón tejiéndose con el mío? Una cosa depende de la otra y yo no tengo ninguna.

Textos del almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora