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¿Y si no estamos destinados? ¿Y si nunca coinciden el lugar y la hora? Cada vez que te acercas se interpone una pared entre nosotros que impide que conozcamos el tacto de nuestras pieles. No recuerdo la última vez que te tuve en mis brazos, mas anhelo encontrarte entre los escombros de mi nublado destino.
Bésame, momento sagrado, sentir benigno, tiempo en pasión. Solo tus lágrimas abrasarán mi frío y quitarán el polvo que dejó mi amnesia. Seremos uno en el día y tres en la noche; tres porque nos acompañará el placer del reencuentro... y, ¿por qué no?, el de haber vivido.

Textos del almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora