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Dicen que los árboles son como las personas. Yo creo que son mejores, que las personas deberían ser como ellos: siempre derechos, sin lastimar a nadie, ayudando a todos, recordando sus raíces y sin preocuparse de su aspecto. Sabiendo que su vida cambiará por temporadas, por estaciones; sabiendo que hoy están desnudos y mañana envueltos en flores, pasado dando sombra y tranquilidad y un día después revueltos de niños jugando con las hojas perdidas.

Textos del almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora