S

2 1 0
                                    

Cuando veas una estrella fugaz no pidas un deseo, ni cuando encuentres un pozo en el que echar una moneda. Pídelo cuando vallas tan rápido que no veas por dónde vas, cuando saltes desde tan alto que no puedas cerrar los ojos a pesar del miedo, o cuando estés tan lejos que nadie pueda traer de vuelta. Puedes pedirlo entonces o simplemente puedes hacerlo cuando tomes una taza de café, ya sea negro o dulce, simple o con leche. Puedes pedir deseos cuando te arriesgues a hacer cosas que no tengan vuelta atrás o cuando estés en la calma de la rutina. Nunca sabrás cuándo la estrella te dará tiempo a pensar un deseo antes de desaparecer o cuándo tendrás un pozo y una moneda al mismo tiempo, pero siempre habrán cosas sin retorno como el tiempo o costumbres disfrutadas como un buen desayuno. Un deseo basado en algo poco común se frustra, un deseo diario se cumple.

Textos del almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora