Una vez el mundo dejó de moverse para mí decidí dejarlo todo hasta que las cosas volvieran a funcionar por su cuenta. Mi solución fue esperar a que algo ocurriera, así me alejé de todo lo que amaba. En algún momento empezaron a llenarse de telarañas mis engranajes, empolvarse mis superficies, agrietarse mis labios. No lo noté hasta que fue muy tarde y ya no podía moverme más que lo suficiente para vivir... si es que esto es vivir.
Ni siquiera recuerdo cómo pasó: de un momento a otro se marchitaron mis flores sin previo aviso; no conté con esa posibilidad. Ahora estoy estancada en arenas movedizas, tan hundida que mis intentos de salvarme solo son capaces de arrastrarme más hacia el fondo.
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Textos del alma
RandomAntes de empezar a leer esto advierto: "Textos del alma" no es una historia, no tiene un final por lo que cada capítulo puede ser el último. Son solo textos aislados, sentimientos de tinta, tormentas y navíos encallados que encierra mi corazón. Ante...