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— Lista para irnos — Preguntó Lisa para después sonreír.

— Claro, vamos — Contestó Jennie asintiendo y sonriendo de la misma manera. Salió de su casa, cerrando la puerta con llave mientras la rubia la esperaba.

Caminaron juntas hasta llegar al auto de Lisa, quien, al llegar amablemente hizo que Jennie se detuviera y esperara unos segundo para que ella le abriera la puerta ofreciendo su mano y así Jennie pueda subir a su coche.

Jennie, aceptó gustosamente la ayuda de Lisa, y subió al coche.

Lisa cerró la puerta con cuidado, luego rodeó el auto hasta llegar a la otra puerta y subir.

— Bien estamos listas — Dijo Lisa para después encender en auto y ponerlo en marcha.

Minutos después ya estaban en el restaurante.

Un joven hombre con uniforme elegante, las dirigía a una mesa que la rubia había reservado para esa noche.

El hombre se detuvo y giró en dirección a ellas indicándoles que ya habían llegado y que esa era su mesa.

Las dos chicas agradecieron amablemente con una sonrisa y un gracias a lo cual el hombre respondió con una reverencia y se marchó.

La mesa estaba decorada con un pequeño centro de mesa que consistía en un ramo de rosas rojas y velas.

— Este lugar es muy bonito — Comentó Jennie después de un rato de silencio cuando ya estaban sentadas y habían pedido la comida.

— Sí, lo mismo pensé cuando vine aquí por primera vez. —

Después de eso el silencio volvió entre ellas.

Jennie pensaba en cómo disculparse con Lisa por lo que le había dicho ella hace semanas, pero no podía concentrarse.

Porque cada vez que volteaba para enfrente se topaba con la hermosa sonrisa de Lisa, esa maldita sonrisa que le provoca un millón de sensaciones, las cuales no debería de sentir.

— Lisa necesito hablarte de algo — Por fin articulaba palabra Jennie.

— Dime — Contestó Lisa después de apoyar sus brazos en la mesa.

— Lisa... — La castaña fue interrumpida por el mesero que les llevaba la comida.

Dejando dos platillos de comida deliciosa, junto a dos copas y una botella de vino tinto, el mesero se retiró de ahí.

— Ahora si dime lo que querías decirme — Habló Lisa cuando el mesero se fue.

La rubia llevó un trozo a su boca de su comida cuando Jennie habló.

— Solo quería pedirte disculpas por lo de la otra vez en el parque, cuando te dije que mi hijo no necesitaba alguien más que viera como padre, y que no podíamos ser una familia — Lisa al escuchar eso último, sonrió porque sintió como una esperanza de formar una relación amorosa con Jennie — Me he comportado mal contigo, mientras que tú eres tan amable y me tratas de la mejor manera. — Terminó de decir Jennie, llevando comida a su boca.

Dejando los cubiertos sobre la mesa, Lisa contestó — No tenias porque disculparte, entiendo que tu hijo ya tiene a sus padres y tú solo me ponías en mi lugar. Y sabes que te trato así porque te quiero mucho.

De rato las dos mujeres se encontraban de camino a casa de Jennie. La cena había transcurrido de la mejor manera, las dos disfrutando de una deliciosa cena y la compañía de la otra.

La rubia detuvo el carro afuera de la casa de la castaña, bajó de este para rodear el auto y ayudar a que Jennie bajara de éste.

Caminaron juntas hasta la puerta. Antes de abrir la puerta Jennie se giró encarando a Lisa y habló.

— ¿Quieres pasar? —

— No Jennie, será mejor irme. Mañana tengo una reunión temprano y ya es tarde, mejor otro día quedamos de vernos otra vez.

— Está bien. Gracias por todo Lisa, por se buena persona conmigo — Dijo Jennie sinceramente

— Ya te dije porque lo hago, te quiero mucho como nunca he querido a nadie Jennie, se que eres una mujer casada y tienes un hijo pero, me gustas Jennie, me gustas mucho — Lisa fue acercándose lentamente a Jennie, quien quedó asombrada por tal confección de Lisa, vio cómo la rubia se acercaba a ella y posaba sus manos en su cintura. Pero ella no se movía.

Lisa impactó sus labios con lo de Jennie, teniendo como resultado un gran sentimiento que jamás habían sentido a lo largo de su vida, no hubo movimiento de labios, pero pudieron sentir muchas cosas.

Cuando Jennie reaccionó se separó de Lisa añejándola un poco de ella.

— Lo siento Lisa, pero esto no puede ser. Yo estoy casada con el amor de mi vida. Yo te quiero a ti pero como una amiga, mis sentimientos por ti no van más allá que una amistad, de verdad lo siento – Jennie dio media vuelta dispuesta a entrar a su casa, pero una mano la sujetó de su muñeca haciendo que se detuviera y volteara.

— Eso es mentira Jennie, se que sientes cosas por mi como yo las siento por ti, aunque digas esas cosas no te creo. Y la relación con tu esposo está mal, el no es como tú piensas.

— ¿Y tú cómo vas a saber cómo es mi esposo? — Jennie espero respuesta por parte de la rubia, pero esta no llegó — Lo vez no lo conoces. — La castaña volvió a dar media vuelta, pero se detuvo, dándole la espalda a Lisa habló — Gracias Lisa por todo pero tú y yo, amigas solamente — Abrió la puerta de su casa, entró y rápidamente cerró la puerta, dejando a una rubia realmente triste en la entrada de su casa.

Fin.

GRACIAS POR LEER
Y NO SE OLVIDEN DE VOTAR.
















Mentira aún no es el fin de la historia, solo quería que Jennie dijera eso porque queda acorde al título de la historia, pero aún no se acaba.

Si quieren el siguiente capítulo pondré una meta de 50 votos, 50 votos y subiré el próximo capítulo pronto.

Amigas Solamente  (JENLISA G!P) (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora