Una de ellas se enamoró perdidamente de la otra.
Jennie Kim una empresaria importante en la industria de la moda.
Lisa una mujer guapa que modelaba.
-Jennie me gustas
- Lo siento Lisa pero no puedo. - Dijo la castaña.
Lo que no sabía, era que lo...
— La cena esta lista — Anunciaba la castaña saliendo de la cocina para acercarse a Lisa que estaba junto a Samuel sentados en el sillón grande frente a la televisión mientras veían una película en la televisión de la sala.
Estaban tan entretenidos poniendo toda la atención del mundo a lo qué pasa a en la película que no escucharon a Jennie.
— Dije que la cena esta lista — Volvió a decir posando sus manos en su cadera. Pero los otros dos no hacían caso.
La castaña caminó hasta detenerse frente a ellos dos que tenían cara de embobados por lo que se transmitía en la televisión.
Al ponerse delante de ellos, la vista que tenían al televisor fue remplazada por una castaña molesta que tenía sus manos apoyadas en su cadera y con una ceja alzada.
– ¡Mamá!
— ¡Nini!
Dijeron los dos al mismo tiempo haciendo una mueca de frustración y alzando las manos hacia delante.
(Algo así, pero con cara molesta)
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— Ya vamos a cenar, les estoy dice y dice que ya está la cena y ustedes no hacen caso por estar viendo ese programa feo — Decía la castaña acercándose a Lisa para quitarle el control remoto de la mano y apagando la televisión.
— Pero mamá...
— Nada de peros Samuel. Quiero que en estos momentos vayan a lavarse las manos y después a sentarse en la mesa. — Ordenó la castaña.
— Lisa dile algo a mamá por interrumpir nuestro programa favorito — Dijo El Niño viendo a Lisa.
Últimamente los dos se sentaban a la misma hora a ver ese programa que se había convertido en su favorito. Era una caricatura como cualquier otra, pero esa por obras del destino fue la favorita de ambos.
— Yo no puedo decir nada Samuel — Dijo Lisa viendo directamente los ojos de la castaña quien la veía con la ceja alzada.
— ¿Acaso le tienes miedo a mamá? — Preguntó el pequeño frunciendo el ceño.
— Para nada enano, pero hay que obedecer a tu mami — Se puso de pie — Así que vamos a lavarnos las manos, corre — Le dijo Lisa haciéndole seña con la mano para que fuera.
Después se acercó a la castaña que seguía en el mismo lugar con la ceja alzada.
— ¿Así que no me tienes miedo? — Se cruzó de brazos viendo a la rubia cada vez estando más cerca a ella.
— No. — Dijo segura la rubia — Pero quiero estar bien entre nosotras por eso obedezco a lo que mi linda y hermosa novia me diga — Dijo abrazándola por la cintura para luego enterrar su cabeza en el cuello de la otra.
— Eres una gobernada Lili — Dijo la rubia sonriendo y abrazando su cuello.
— No me importa, yo quiero ser tú sumisa Amor — Dijo para después besas los labios carnosos de su castaña. — Te amo — Dijo entre el beso.
