Capitulo XXV

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Ya siendo las 23:45, tomé un vaso de agua y me fui a la cama. Mañana era el último día de fin de semana que tendría antes de regresar al trabajo.
Siempre, antes de dormir recordaba lo vivido en el día; pero justamente esta vez no quería recordar nada. No lograba dormirme...
Siguiendo uno de los consejos que una vez en el tiempo me había dado Félix, sobre como dormirme, comencé a pensar en cosas bonitas, y recordé a mis padres.
A los pocos minutos, entré en un profundo sueño.

* * * * *

Me desperté 12:30 sin el reloj despertador. Hacía mucho calor. El sol pegaba directo en el vidrio de la ventana y me cegaba. Me había olvidado de bajar la persiana.
Me vestí con una bata de terciopelo verde, y salí de mi cuarto.

En la cocina comprobé que aún no habían almorzado. Me pregunté donde estaba María, y automáticamente recordé que hoy era su día libre.
Lo raro de ella, era que a veces se tomaba el día, y había veces que no.
Finalmente, opté por ducharme y más tarde almorzar.

Luego de quince minutos, estaba preparando unos simples fideos con salsa, eso bastaría.
Me serví una porción y aún sobraba un poco para el que quisiera comer luego.
Justo antes de comenzar a comer, Cassidy bajaba por las escaleras. Vestía una blusa rosa con volados, y un mini short que hacía juego.

-Buenos días, Cassidy.- dije amablemente

-Hola, ¿cómo estás?.-

-Muy bien. ¿Quisieras almorzar conmigo?.-

-Claro.-

Seguramente, luego de aclarar lo de Drake y yo, Cassidy se comportaría mucho mejor conmigo.

-¿Recien te despiertas?.-

-Hace un rato lo hice. Y luego preparé el almuerzo. Hoy es el día libre de María.- dije anticipadamente a su pregunta no formulada.

-Aha.- dijo entendiendo.

Le sonreí.

-Está rico.-

-Gracias. ¿Las cosas entre Drake y tú están mejor?.-

-Prefiriría no hablar de eso, aunque ya hemos aclarado todo. No estamos más juntos- dijo y acto seguido tomó un sorbo de jugo.

-Oh, lo siento.- dije con la cabeza gacha.

-Está bien. Hay muchos peces en el agua.- dijo guiñándome un ojo.

Rogaba que no me preguntara como estaban las cosas entre Félix y yo.

Seguimos almorzando en silencio, y de vez en cuando compartíamos algún comentario.
Al terminar, coloqué los platos en el lavavajillas y Cassidy me ayudó a lavar y a guardar el resto.Justo llegaba Félix de jugar póquer. Lo sabía porque llevaba su morral. Se dirigió a su cuarto.

-Bien, un gusto almorzar contigo Cassidy. Gracias por ayudarme.-

-Lo mismo digo.- dijo ella sonriendo y luego se marchó.

Yo decidí irme a pintar, pero mientras subía las escaleras sonó el timbre.

-Allá voy- grité.

Al abrir la puerta, parado frente a mi se encontraba Nicholas. ¡Lo había olvidado! Ultimamente estaba muy despistada.

-Hola Miranda. Traje mis maletas.-

-Bien, pasa.- dije sin siquiera saludarlo.

-Bonita casa- comentó él.

-Gracias.- sonreí falsamente.

-¿Dónde me instalo yo?.-

-Hay dos cuartos arriba, son los que quedan.-

Obra del destino (Completa). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora