¿Por qué Félix me había vuelto a mentir? ¿Qué clase de relación quería que entabláramos si todo el tiempo me ocultaba cosas? ¿Acaso no me tenía confianza?
Me limité a escuchar detrás de la pared que separaba la cocina de la sala de estar, pero no podía oír muy bien lo que hablaban.
Félix... había vuelto a jugar al póquer, o estaba relacionado una vez más con algo de ese tema. El hombre que había interrumpido hacía unos veinte segundos, era el mismo del juego al que yo había asistido a hurtadillas.
Me acerqué aún más, pero un paso en falso y descubrirían que estaba espiando tas la pared.
-Miranda, eso no se hace.- dijo Nicholas tratando de enseñarme modales.
-No te entrometas, Nicholas.-
Luego de unos segundos, Félix cerró la puerta y entró a la cocina.
Me vio espiándolo.
-Miranda... espera.-
-Olvídalo. ¡Y olvídate de mi, para siempre!- exclamé y fui a mi cuarto.
Félix me siguió, y yo cerré la puerta en su cara. Estaba enfadada, y no quería hablar con él en este preciso momento.
Él golpeaba la puerta.
-Miranda, ábreme, por favor. Quiero explicarte.-
-Vete.-
-Miranda, no seas rencorosa, por favor.-
-¿Rencorosa? Me has mentido, Félix. Vete de aqui.-
-Déjame explicarte.-
Abrí la puerta, y Félix notó mi cara totalmente enrojecida por el llanto.
-¿Qué quieres explicarme? ¿Cómo has planeado esta perfecta mentira? ¿Cómo caí una vez más en tus enredos? Seguramente, lo de Kira también es mentira. ¿Sales con ella, cierto?.-
-No, claro que no. Pero lo de Kira si ha sido mentira... en realidad había ido a jugar al póquer. Como lo siento, Miranda.-
-No es cierto, tu no sientes nada.-
-Claro que sí. Sabes que te quiero, aunque quieras negarlo.-
-No quiero negar nada, Félix. Yo solo siento lo que tu me das a entender. Preguntarte por qué me has ocultado una vez más esto, no tiene sentido. Porque claramente fue para no lastimarme... pero ciertamente lo hiciste.-
-Sí, así es. Y me arrepiento tanto de no habértelo dicho antes... Nuestra relación se tendría que basar en confianza, y es algo que parece que yo no tengo hacia ti.
