54. Dando Las Noticias

3.1K 216 10
                                    

3 días después

Todavía no le he dado la noticia del embarazo a mi jefe, y no es porque no me atreva, o tenga miedo a que su propuesta laboral cambie a causa de esta noticia, sino porque quería que los primeros en enterarse de todo sean mis padres. Con Bruno hemos acordado de avanzar un casillero a la vez, primero mis padres, después una video llamada con los suyos, y por último mi trabajo.

—¿Nerviosa? — Me pregunta mientras que esperamos a que mis padres nos abran la puerta.

—Mucho, nunca es fácil decirles a tus padres que van a ser abuelos— Bromeo y nuestras risas se convierten en la primera imagen que ve mi madre al abrirnos.

—Hija, Bruno, bienvenidos— Nos dice con una enorme sonrisa tatuada en su rostro y nos abraza a cada uno para después invitarnos a pasar.

—Gracias ma, ¿Cómo han estado? — Pregunto tratando de actuar con normalidad, pero eso es prácticamente imposible, después de todo los nervios son los que me están guiando en cada movimiento y palabra que digo.

—Muy bien hija, trabajando y remodelando un poco la casa— Nos dice mientras que la vamos siguiendo al salón —¿Y ustedes? ¿Cómo llevan su vida juntos? — Nos cuestiona.

—Bien, con algunos cambios, pero bien— Contesto intentando no dar muchas pistas, y de pronto mi padre entra del jardín para saludarnos.

—¡Hija, que bueno verte de nuevo! — Me dice para luego abrazarme con esa fuerza con que tanto lo hace siempre —Te prepare ese chimichurri que tanto te gusta— Comenta haciéndome sonreír y luego saluda a Bruno —¿Qué tal Bruno? ¿Cómo vas? ¿Qué tal tu firma de arquitectura? — Averigua con entusiasmo.

—Todo muy bien señor, gracias por preguntar— Informa y no hace falta mucho más diálogo para que mi padre arrastre a su yerno al jardín con él para que conversen mientras termina de hacer el asado mientras que yo ayudo a mi madre a poner la mesa.

—¿Estas bien hija? — Me pregunta de la nada.

—Si, ¿Por qué lo preguntas? — Cuestiono un tanto extrañada.

—Te ves un poco pálida, y tus ojos...— Murmura y tan solo espero que no se de cuenta antes de que Bruno y yo demos la noticia.

—Estoy bien ma... sigamos con esto— Sugiero con la única intención de desviar el tema y rápidamente voy llevando las cosas hacia la mesa.

Afortunadamente mi estrategia de distracción sirvió y pude llevar a que mi madre me hablara de otros temas hasta que finalmente ahora estamos todos sentados alrededor de la mesa sirviéndonos la comida y riéndonos de las preguntas que hace Bruno acerca de nuestra costumbre muy argentina de comer asado —¿te sirvo vino hija? — Me ofrece mi papá y de inmediato miro a Bruno como preguntándole si aprovecho o no el momento para darle la noticia. Él de manera cómplice me da una leve sonrisa, y sé que es la cuartada para hablar.

—Papá, lo siento, pero por los próximos nueve meses no puedo tomar alcohol— Le digo y noto inmediatamente como la cara de mi padre se va transformando. Pasa de un estado de confusión a uno de sorpresa, y de allí pasa a una enorme sonrisa mientras que mira a mi madre.

—¡¿Vamos a ser abuelos?! — Nos preguntan ambos al unísono y Bruno me toma de la mano para después que después asintamos.

—Si, pero hay otro pequeño detalle— Murmuro —Bueno, dos— Me corrijo.

—Dinos por favor, hija que estoy a punto de llorar de la emoción— Me pide mi madre con su voz quebrantándose.

—La primera es que son mellizos, y la segunda que Bruno y yo nos casaremos en dos meses— Digo lo más rápido que puedo y ahora si que mis padres se han quedado atónitos.

—¿Dos? — Cuestiona mi papá.

—Si, dos meses—

—No... eso no me sorprende... pero ¿dos nietos? — Aclara haciéndome reír.

—A nosotros también nos ha tomado por sorpresa— Se defiende mi prometido y por primera vez creo que tiene miedo.

—Hijita... no lo puedo creer— Murmura mi madre mientras se levanta de su silla y se acerca a mi —Estoy tan feliz por ti, sé que debes de estar muy asustada con todo esto, pero te prometo que estaré para ayudarte en todo— Me alienta y no puedo más que ponerme de pie para dejar que me abrace en medio de toda esta emoción que ahora sentimos los cuatro mientras que ellos nos van felicitando.

Realmente pensé que iban a preocuparse, o tal vez hasta poner el grito en el cielo por la manera en la que Bruno y yo estamos haciendo las cosas; después de todo ellos vienen de otra generación, de otra manera de hacer las cosas, pero afortunadamente su reacción ha sido de la mejor y ahora hasta incluso están queriendo ayudarnos con todos los preparativos de la boda y dando consejos de paternidad, cosa que me hace sonreír y sentir que todo esto esta bien, que no me equivoco con cada paso que elijo dar con Bruno... mucho menos con esos que llega por sorpresa, tal y como lo han sido nuestros hijos. 

Mi Vecino, El Mujeriego [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora