28. No Esperaba Esto

4.3K 301 22
                                    

(Horas más tarde)

Hay un dicho que dice que "la curiosidad mato al gato", bueno, no sé si fue exactamente la curiosidad lo que me trajo hasta aquí o este amor que siento por él y no consigo matar con nada. Indico a la hostess que el señor Bruno Del Valle me está esperando, y casi como si ella supiera claramente quien es él, me pide que la siga.

El ruido de mis tacones crea una perfecta sinfonía mientras camino moviendo mis caderas de esa manera que sé que puede capturar miradas y mi vestido ajustado color negro se adapta a mis movimientos mientras continúo caminando hasta llegar a una de las mesas ubicadas cerca de la fuente de agua donde lo veo a él sentado. Esos ojos que hace cuatro meses no me miraban, se clavan en mi haciendo que respirar con normalidad sea una tarea difícil. Se levanta de su silla y bajo la luz artificial y la de la luna que consigue colarse entre los edificios, lo veo a él con un traje oscuro y camisa blanca que me hace dudar si es él mismo hombre que conocí en Madrid, «¿Qué ocurrió con el Bruno que por momentos creía que era un hípster?» camino hacia él y con cada paso que doy, su intensa mirada me observa con más detenimiento.

—Hola. — digo fría e intento saludarlo con solo un beso en la mejilla, pero su costumbre española sale a flote y lo transforma en dos besos mientras que una de sus manos se posiciona sobre mi espalda haciendo que mi ser completo divague por los recuerdos que creamos juntos.

—Te ves increíblemente hermosa. — me halaga cuando nuestro saludo concluye y se me queda mirando.

—Gracias, tú te ves muy elegante. — le digo intentando no exponer mi verdadero pensar y sonríe.

—Gracias, pero permíteme. — me pide y aparta mi silla para que me siente y luego vuelve a sentarse donde estaba antes que yo llegara. —me tome el atrevimiento de ordenar tu vino favorito, espero que no te moleste. — explica y me muestra la botella y ahora sí que no puedo evitar sonreír.

—Gracias. — digo y lo veo sirviendo el vino en mi copa —no entiendo, ¿Qué haces aquí? ¿Cómo sabias donde trabajaba? — cuestiono bastante confundida y apenas puede mirarme.

—¿Si te lo cuento, prometes que no me mataras? — me pregunta y comienzo a preocuparme.

—Habla...— le pido.

—Tengo un amigo que vive aquí y trabaja en la policía...—

—¡¿Me mandaste a investigar?! — le pregunto sin poder creérmelo.

—Estaba desesperado, necesitaba saber de ti...— se justifica.

Quisiera decirle muchas cosas, pero nuestra conversación se ve interrumpida cuando el camarero viene a tomar nuestra orden. Rápidamente ojeo el menú y elijo algo simple al igual que Bruno lo hace y una vez que terminamos de ordenar, el camarero se retira.

—¿Desesperado? — pregunto continuando la conversación —¿para qué? ¿para convencerme y así poder hacerte cargo de la empresa y todo eso que leí? — pregunto a modo de reclamo.

—Roció, las cosas han cambiado mucho en estos meses. — me dice firme.

—Aha...— digo sin poder creerle ni una sola palabra.

—Aunque no lo creas, las cosas cambiaron. Mis padres anularon ese documento y decidieron darme una segunda oportunidad sin importar si me caso o no. — explica, pero aun así no se si deba confiar en él.

—Que bien por ti. —

—Ro, no quiero perderte... te amo demasiado. — continua.

—Bruno, es tarde, sabes que ya no hay manera que esto funcioné, perdí la confianza en ti y el trabajo que me mantenía en España. — sentencio.

—Y lo entiendo perfectamente, por eso te pido una segunda oportunidad. —

—¿Te das cuenta lo que dices? ¿Qué quieres? ¿una relación a distancia? — digo sarcásticamente.

—No, porque no me ire de Nueva York. — afirma y no entiendo nada.

—¿Qué? —

—En estos meses validé mi licencia de arquitecto para trabajar aquí y le propuse a mi padre abrir un brazo de la empresa en Estados Unidos y estuvo de acuerdo, en dos semanas inauguramos la oficina. — explica y esto no me lo creo.

—¿Te has vuelto loco? — cuestiono y niega.

—No, solo te amo y no quiero volver a perderte. Para que tu estés tranquila, no habrá propuesta de casamiento ni nada que tu creas que pueda ser una trampa... solo te pido una nueva oportunidad. — Me dice dejándome sin saber que responder.

—¿Puedo pensarlo? — pregunto bastante nerviosa y sonríe.

—El tiempo que tú quieras, yo estaré aquí esperando... eso sí, disfrutemos de la cena esta noche, ¿sí? — me pide y lo único que puedo hacer es asentir.

Realmente no esperaba nada de todo esto y aunque me parece una completa locura todo lo que hizo, por otra parte, pienso que es lo más importante que nadie hizo nunca por mí y por dentro no puedo más que sonreír....

Mi Vecino, El Mujeriego [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora