Después de nuestra ardiente reconciliación en la ducha y de haber desayunado juntos, ahora lo veo trabajando en una maqueta mientras que yo por mi parte intento preparar una presentación que debo dar el martes en mi trabajo. Admito que Bruno, el arquitecto, es también muy sexy... solo a él se le pueden ver bien esas gafas... —te está quedando genial. — comento haciendo una pausa en el teclado de mi laptop.
—Es para la licitación de un cliente que quiere un hotel ecológico. — explica sin dejar de trabajar en la maqueta.
—¿y cuando debes entregarla? — cuestiono.
—El martes. — explica y coloca lo que simula ser un árbol alrededor del edificio.
—Yo también tengo que hacer esta presentación el martes. — comento.
—¿Y estas nerviosa? — pregunta y sonrió al notar que finalmente un hombre es capaz de escuchar a su novia y trabajar al mismo tiempo.
—No, el tema lo conozco bien, solo tengo que asegurarme que las cifras de la información que estoy dando es correcta. — digo muy segura.
—Eres muy minuciosa con tu trabajo, seguro no tendrás ni un solo problema. — dice y sigue colocando todo lo que es el exterior en la maqueta. —Amor...— me dice mientras intenta sostener una pieza —me alcanzas el pegamento que esta sobre aquella estantería. — me pregunta y con su mirada señala el frasco que está en el último estante de la estantería que está detrás de mí.
—Si claro. — respondo de inmediato y me levanto de la silla para arrimarla a la estantería y subirme sobre ella para poder alcanzar el frasco. Con un poco de dificultad lo tomo y al hacerlo casi pierdo el equilibrio haciendo que, en mi intento por no caerme, se caigan varias carpetas y papeles que había allí —yo lo recojo, tu ten el pegamento. — digo dejando el frasco sobre la mesa.
—Te ayudaría, pero si suelto esto es un problema. — explica.
—No, no te preocupes, solo son papeles. — digo y me agacho al suelo para comenzar a recogernos. Los recojo uno a uno hasta que veo un folder trasparente que llama mi atención "donación en vida" leo en la parte superior del papel y sin poder evitarlo leo por encima lo que dice. Entre toda la información de bienes y acciones que sus padres desean dejarle, leo la cláusula bajo la cual le cederán todo esto y siento que mi corazón se rompe en mil pedazos —¡¿para esto querías que me casara contigo?! — le reclamo mientras me levanto del suelo y prácticamente le lanzo el folder hacia él —¡claro es que ahora entiendo todo! Si no te casas, tus padres no te cederán la empresa ni las propiedades, ni nada de lo que dice ahí. — digo totalmente enfadada —¡eres un cabron de mierda y mentiroso! ¡no era por mí ni porque me querías, es porque te conviene! — continúo diciendo y entre mi rabia y desilusión, mis lágrimas se hacen presente.
—¡Roció, por favor escúchame! — me pide.
—¿Para qué? ¿Para qué me convenzas de que nos casemos? ¿Qué es lo que me dirás? ¿Qué nos conviene a los dos? No seas un mentiroso... tu ni siquiera me amas, solo buscas a alguien con quien casarte porque se te termina el tiempo... solo te queda un año antes de que se cumpla el plazo estipulado que dice ahí... es que no lo puedo creer. — digo y es tanta mi rabia que solo quiero salir huyendo de aquí.
—Roció... por favor...— insiste mientras me sigue a la habitación.
—¿Por favor? ¿Qué? ¿Me dirás que en dos meses y medio te enamoraste de mi perdidamente al punto que quieres casamiento, hijos y todo eso? — le reclamo.
—Es que es así...— intenta convencerme mientras que busco mi maleta y comienzo a empacar mi ropa.
—¡No seas hipócrita! ¿acaso crees que soy una imbécil? — me defiendo —búscate a una tonta que quiera casarse contigo por dinero, porque yo no. — digo metiendo todo lo más rápido que puedo.
—¿Qué haces? No te vayas...— me pide y niego.
—Aquí se terminó todo Bruno, yo no quiero estar con un mentiroso como tú que solo buscaba utilizarme para conseguir lo que querías... ¿Qué ibas a hacer después? ¿divorciarte de mí y buscarte a otra? Es que ahora entiendo tu velocidad para todo... ¿Cómo fui tan estúpida? — me reclamo y recojo mi celular de la mesita de noche. —no te quiero volver a ver, no me busques, en cuanto a lo que queda de mis cosas, hare que pasen por ellas. — sentencio saliendo de la habitación para ir por mi laptop y luego salir del piso seguida por sus pasos —¡déjame de seguir! — le exijo mientras voy subiendo al ascensor y una vez que las puertas se cierran dejándome sola aquí, respiro profundo con esta rabia que me consume.
«¿Cómo fui tan imbécil? Es que no era normal que todo sucediera así tan de prisa...»
—¿Y ahora? ¿Qué es lo que harás? — me pregunto a mí misma en un ataque de deceleración y rabia... lo único que tengo claro es que no quiero verlo, me rehusó a que intente convencerme de algo e hipotecar mi vida con alguien que solamente me estaba usando para conseguir lo que quería.
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Mi Vecino, El Mujeriego [TERMINADA]
RomanceRoció Buschiazzo, una mujer de 29 años se muda a la ciudad de Madrid por trabajo después de haber vivido en algunas cuantas ciudades del mundo. Lo que ella no sabe, es que el nuevo vecino que le toco no es como los otros tantos vecinos, él es un hom...