56. Vida

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Un poco más de un mes después

Definitivamente, la vida no es algo que tu puedas planear por completo, en realidad es como dice aquella famosa frase, "la vida es aquello que te va sucediendo mientras estás ocupado haciendo otros planes"; siento que es exactamente eso lo que me esta sucediendo. Tenia planes de comenzar ese nuevo puesto laboral, de continuar viajando y aventurándome en mi carrera, pero por ahora, y solo por ahora; he decidido tomarme un tiempo de calma. Gabriel no ha tenido problema alguno en mantener su oferta laboral a pesar de mi embarazo, pero fui yo quien decidió rechazarla y no me arrepiento de haberlo hecho.

Por primera vez en mi vida quiero dedicarme a mi embarazo, a mis planes de boda, y a ayudar a Bruno con la empresa, aunque en realidad su oferta es que yo abra mi propia consultoría de marketing internacional en el futuro y así poder trabajar a mis propios tiempos y obviamente generar los ingresos que yo quiera. Sinceramente no había tenido esa visión, o tal vez no me creía capaz de hacer algo así, pero mi futuro esposo como siempre me hace ver cosas que yo no me atrevo. Sin duda alguna, Bruno Del Valle ha llegado a mi vida para transformarla por completo y estos dos bebés forman parte de ese hermoso cambio.

Observo la pantalla frente a mi y sonrió como una tonta mientras que Bruno aprieta mi mano y los latidos de los corazones de nuestros hijos comienzan a hacer eco por este lugar —Los pequeños están muy bien, ¿quieren saber el sexo? — Nos pregunta el doctor Rosario, y Bruno inmediatamente me mira como preguntándome que quiero y asiento.

—Si, nos encantaría— Respondo y el doctor se sonríe mientras que mueve el ecógrafo y mi curiosidad va de cero a cien en un segundo.

—Les tengo la buena noticia de que quedaran equiparados ya que es una niña y un niño— No dice para luego explicarnos un poco mejor la imagen haciéndonos sonreír y emocionar ante esta noticia.

—Te amo hermosa— Me dice él y besa mi frente haciéndome sentir la mujer más especial del mundo.

—Yo también te amo— Rebato y aquí están mis ojos llenándose de lagrimas una vez más, pero es que no lo puedo controlar... el embarazo me ha convertido en la persona más sensible del mundo, tanto que me la paso llorando por cualquier tontería.

[...]

—Mi amor, pero ya no llores— Me pide él mientras que salimos de la clínica y así de la nada, comienzo a reírme.

—¡Dios, estos niños me hacen ser bipolar! — Me quejo entre risas que lo contagian.

—¿Crees que podamos ir a ver la casa o quieres que vayamos a comer algo? — Averigua y asiento.

—Vayamos, debo dejar de comer tanto... me volveré una bola con patas— Bromeo haciendo que él se ría y si, mi embarazo esta siendo un sube y baja de emociones que ya no sé ni como manejar.

Él pasa su brazo por encima de mis hombros y me pega a su cuerpo —Tienes que darte todos los gustos y comer por tres... esos pequeñines dependen de ti— Comenta.

—Si, pero quiero que me quede el vestido de novia y que tus padres me reconozcan cuando lleguen— Le dejo saber entre risas que son producto de los nervios que estoy sintiendo por todas las cosas que están sucediendo en mi vida a la vez.

—Te vez perfecta— Rebate y me mira —Falta muy poquito para el primer gran día de nuestras vidas— Murmura y hace que nos detengamos en plena calle de Manhattan para darme un beso sin importarle quien pueda quejarse de que estemos interrumpiendo su paso, pero así es Bruno, llega a tu vida y lo cambia todo sin importarle absolutamente nada y es exactamente por eso que me atrevo a ser completamente feliz con él... me enseña a vivir de maneras diferentes haciendo que me preocupe solamente por ser feliz, porque al final del día eso es lo realmente importante, ¿no?

Desde el día que nuestros caminos se cruzaron en aquel balcón donde lo vi por primera vez, mi vida cambio drásticamente. Aquella Rocío llena de miedos, dudas, y sin ganas de volver a amar ha quedado atrás gracias a él. Sus besos, su sonrisa y las caricias que me da han hecho que me reencontrará con todo lo más hermoso de la vida; aquello que enterré el día que me despedí de Sebastián. Bruno hizo que desterrara aquella parte de mi persona que había quedado siete metros bajo tierra y que ahora me doy cuenta de que no hubiera sido justo dejar de vivir a causa de los miedos. 

Mi Vecino, El Mujeriego [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora