31. Encantos Ocultos

4.1K 262 37
                                    

Ir en el auto por las calles de Nueva York junto a él aún me parece algo irreal, es que nunca pensé que vendría detrás de mí a rehacer su vida a esta ciudad, pero aquí está conduciendo de esa manera tan sexy que siempre lo hizo llevándome a quien sabe dónde —esta ciudad puede ser muy bella si sabes dónde ir — comenta de la nada y sonrió.

—Lo es. — respondo.

—Sí, solo hay que descubrir sus encantos ocultos. — comenta y por dentro no sé si estamos hablando de la ciudad o de él.

—También tiene que dejarse descubrir, pero para eso hace falta que la persona que la mire tenga una visión especial, ya sabes, estar dispuesto a ver esos encantos ocultos. — comenta y rio.

—¿Hablas de Nueva York o de ti? — pregunto finalmente y ríe.

—Puede que de los dos. — dice con picardía y rio.

—De ti ya no sé qué pensar...— explico y me mira por un instante y luego regresa su mirada a la carretera.

—¿Por qué lo dices? — cuestiona y decir jugar mi juego.

—Te lo diré cuando sepas a donde me llevas. — respondo con un toque de misterio y su sonrisa triunfal me hace saber que mi juego a favor, no durara mucho tiempo.

—Bueno, como tu gustes, aunque te aviso que ya estamos llegando. — me informa cuando entras a un garaje y comienza a buscar un espacio para estacionar el auto.

—Siempre quieres ganar...— me quejo y ríe.

—No, solo quiero saber qué piensas de mí y si existe una nueva oportunidad para los dos. — se defiende y una vez que encuentra un espacio, el estaciona, apaga el auto y baja del mismo para darse la vuelta y así abrir la puerta de mi lado —señorita...— me dice ofreciéndome su mano y yo rápidamente la acepto para bajar del auto y luego acomodar mi vestido —no me cansare de decirte que te ves hermosa— susurra.

—Gracias. — digo y miro a las diferentes salidas del estacionamiento —¿Cuál? — pregunto y señala la que está a la mano derecha —por ahí esta el puente Brooklyn. — comento un tanto confundida y sonríe.

—Lo sé, tu solo confía en mí. — me pide y no puedo más que mirarlo con dudas.

—Sabes perfectamente que eso es muy difícil. — me explico.

—Una última vez, por favor. — me pide y esta vez me ofrece su mano.

—Veremos. — digo y tomo su mano bajo el encanto de su mirada sobre mí.

Hay una canción que dice "sigo su luz, aunque me lleve a morir" y así me siento yo, quizás Bruno es un caso perdido y yo busco darle una oportunidad tras otra solo por todo esto que siento por él, pero me es inevitable, quiero pensar que en el fondo él es como esta ciudad y solo hay que descubrir esos encantos ocultos. —por aquí— me dice y cada paso que damos está más cerca de uno de los puentes más famosos del mundo «¿realmente me trajo aquí para esto?» me pregunto por dentro, pero finalmente él hace que caminemos por una especie de muelle hasta que llegamos a un restaurante flotante, él explica en su muy buen ingles que tenemos una reservación aquí y una vez que la camarera nos lleva a nuestra mesa ubicada frente a los ventanales que ofrecen una increíble vista a toda la ciudad de Nueva York, él aparta mi silla para que me siente y luego hace lo mismo del lado opuesto. La chica nos deja saber que el mesero estará pronto con nosotros y una vez que estamos solos, Bruno me mira a los ojos —bienvenida al River Café Restaurant, quizás no puedo regalarte el mundo ni esta ciudad, pero si puedo ofrecerte cenar con Nueva York de fondo mientras que te pido que nos des una nueva oportunidad. — me dice sin rodeos y yo solo lo miro sorprendida.

—¿No crees que vas un poco de prisa? — pregunto intentando mantener mi postura.

—Puede ser, pero tampoco voy a mentirte y decirte que te traje aquí para que charlemos como amigos. — explica y rio.

—Siempre tan directo tu...—

—Camarón que se duerme se lo lleva la corriente, ¿es así el dicho? — me pregunta y asiento.

—Sí, es así. —

—Pues que quede claro, no quiero perderte, los cuatro meses que estuve sin ti fueron un infierno y con solo pensar que podías enamorarte de alguien más, me hacía no poder dormir... yo entiendo que no quieras casarte conmigo por todo lo que descubriste, pero no me pidas que de por vencido contigo cuando siento tantas cosas por ti. — me dice sin dejar de mirarme a los ojos y aquí estoy intentando respirar con normalidad.

—Creo que necesito una botella de vino...— digo intentando cambiar de tema, pero entre risas, él me toma de la mano.

—No te estoy pidiendo una respuesta y mucho menos que me aceptes ahora, solo quiero ser directo contigo y decirte que hare lo que sea para no perderte. — me advierte en un tono dulce y solo lo puedo mirar.

—El hombre de mis sueños no es intenso. — le digo haciendo referencia a lo que dijo antes y ahora es él quien ríe.

—Me controlare. — responde entre risas y me suelta la mano —entonces... ¿Qué te apetece cenar? — me pregunta mientras abre el menú haciéndome pensar que es bipolar o algo.

—Mirare el menú. — respondo si poder quitarme esta sonrisa estúpida de mi rostro y abriendo la carta para ver que elegiré, si es que puedo elegir algo...

Mi Vecino, El Mujeriego [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora