36. Formalidades

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(Horas más tarde)

He conocido gente terca, pero como él, ninguno. Le pedí de todas las maneras posibles que me dejara hablar a mi sola con mis padres, pero él y su cabezota insistieron en que lo mejor es que fuéramos los dos a buscar mis cosas y de que habláramos con ellos. Según sus propias palabras, quiere hacer las cosas bien, quiere que mis padres se den cuenta de que sus intenciones conmigo son serias y bueno, aquí estamos entrando a la casa. Yo no sé si él está nervioso o no, pero por mi parte, me late el corazón demasiado rápido. Me había desacostumbrado a dar explicaciones de mi vida, a "informar" a mis padres de mis relaciones, pero desde que llegue de Madrid vivo con ellos y supongo que, por respeto, debo cumplir con este protocolo.

—Buenas tardes— digo al ver a mis papás sentados en el sofá de la sala disfrutando de una película.

—Buenas tardes hija— responde de inmediato mi papá y pone en pausa la película para inmediatamente voltear a verme y al darse cuenta de que vine con Bruno, él se sonríe —Bruno, bienvenido tu también, pero vengan siéntense— nos pido y realmente me llama la atención la amabilidad que tiene con él.

—¿Quieren algo de tomar? — intercede mi mamá y ambos negamos.

—No muchas gracias señora Erica— responde mi novio.

—Solo Erica— lo corrige y él vuelve a sonreír.

—Me doy cuenta que regresaron— comenta mi papá al ver que Bruno y yo estamos tomados de la mano.

—Para fortuna mía, su hija me acepto de regreso a su vida— explica Bruno y sus palabras me hacen mirarlo al igual que él lo hace conmigo y la manera que lo hace, me hace ver todo lo que siente por mí.

—Me alegra por ustedes dos, Roció sabe que cuenta con todo nuestro apoyo— añade mi papá.

—Gracias— digo teniendo que separar mi mirada de la de Bruno.

—Leandro, Erica...— dice mi novio mirando a mis padres con una mezcla de respeto y felicidad —sé que no me conocen de nada, que probablemente crean que no me merezco a tu hija y probablemente no lo merezca, eso es cierto, pero anoche le propuse que volviéramos a vivir juntos y ella acepto, solo quería decírselos para que no creyeran que no quiero dar la cara o que mis intenciones no son seria con ella, sino todo lo contrario, realmente amo a su hija y estoy dispuesto a hacer cualquier cosa con tal de hacerla feliz— les explica y me cuesta mucho creer que este hombre que ahora está cumpliendo con estas formalidades un poco pasadas de moda para muchos, sea el mismo mujeriego que conocí en Madrid, definitivamente es una caja de sorpresas.

Mis padres sonríen a la vez y tengo la impresión de que esto va muy bien —me alegra mucho que tuvieras la consideración de venir a hablar con nosotros, honestamente ya casi nadie lo hace y que tú lo hagas nos deja saber que nos respetas como los padres de Roció. Si ella quiere ir contigo yo no tengo ninguna objeción, eso sí, tengo una regla— le explica cambiando repentinamente el tono de su voz y en mi cabeza intento saber qué es lo que ocurre.

—Tu dirás— responde Bruno y mi papá sonríe.

—Que se queden a cenar esta noche para conocernos un poco más, ya después hacen lo que quieran— nos pide haciéndonos reír.

—¡Claro que sí! ¡Faltaba más! — es la respuesta que da mi novio haciéndonos reír a todos.

—Entonces ven, vamos a preparar la parrilla— propone mi papá levantándose del sofá y Bruno hace lo mismo.

—Mientras que ustedes cocinan, yo ir armando las maletas— explico y ambos asienten para después salir al jardín.

—Ven hija, yo te ayudo a prepáralo todo— me ofrece mi mamá y realmente agradezco que me esté apoyando en todo esto, significa muchísimo para mí.

[...]

Mi madre y yo estamos en mi habitación empacando todas mis cosas y puedo notar la nostalgia que la consume una vez más al darse cuenta que nuevamente me ire de la casa —me había acostumbrado a tenerte aquí— me dice mientras dobla un pantalón.

—Lo sé ma, pero realmente necesito hacer esto—

—Lo amas mucho, ¿no? — me pregunta sonriente y asiento.

—Creí que después de lo de Sebastian no volvería a amar a nadie y mira... llego es español a arruinarlo todo— bromeo.

—Y por eso tu papá y yo estamos felices de que estén juntos, creíamos que nunca más volverías a darle una oportunidad al amor y si te soy sincera, lo único que nosotros queremos es verte feliz. — me confiesa y se perfectamente el miedo que tuvieron, yo también lo tuve en algún momento.

—Gracias, realmente significa mucho para mí que ustedes me apoyen con todo esto— explico.

—Lo sabemos, además, Bruno es un buen chico—

—Lo sé—

—Y está muy guapo...— añade haciéndome reír.

—Por supuesto— respondo divertida.

—Mejor démonos prisa con todo esto—

—Sí, que si no Bruno vendrá a ayudarme y realmente no quiero que ande revolviendo mi ropa— explico y continuamos con nuestra tarea mientras que él y mi padre están en el jardín cocinando en la parrilla y no me quiero ni siquiera imaginar que puedan estar hablando, tiemblo con la idea de que alguno de los dos sea indiscreto con lo que puedan decir. 

Mi Vecino, El Mujeriego [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora