Al día siguiente
Bruno puede ser el hombre más sensual del mundo, o el más romántico cuando quiere, y en está ocasión escoge ser lo segundo cuando me acompaña al aeropuerto para despedirse de mí. Sabemos que son tan solo dos días, pero en realidad es la primera vez que nos despedimos estando juntos y admito que me cuesta un poco, después de todo hace poco que volvimos.
—No quisiera interrumpirlos, pero nos dejara el avión Roció— me dice mi jefe haciéndome reír y le doy un ultimo beso a mi novio.
—Cuídate, ¿sí? — le pido y él asiente.
—Lo mismo, cualquier cosa me llamas— me repite y le doy un ultimo y corto beso antes de separarme definitivamente de él para comenzar con todos las revisiones de seguridad antes de pasar al área de embarque.
—¿Hace mucho que están juntos? — me pregunta Gabriel mientras que vamos avanzando en la fila.
—Es una historia muy larga, pero podría decir que si y no— intento explicar, pero sé que nadie lo entendería.
Él se sonríe —creo que no preguntare nada— bromea haciéndome reír.
—El amor no es muy fácil de explicar— me defiendo.
—Si lo sabré yo...— comenta y una media sonrisa se dibuja en su rostro.
Sin poder evitarlo lo miro fijamente —¿puedo preguntar porque lo dices? — indago.
—Dos divorcios, esa es una buena respuesta, ¿no? — responde y no doy crédito a lo que me dice.
—¿Dos divorcios? Pero... eres muy joven, ¿Cómo? — intento preguntar cuando seguimos avanzando en la fila.
—No soy ni joven ni viejo— bromea —tengo 40 años y el resumen es que me divorcie a los 27 años creyendo que nunca más me enamoraría y bueno... a los dos años me volví a casar y a los 33 me volví a divorciar— expone y esto si que es algo nuevo.
—¿Y lo volvería a intentar? — cuestiono y se sonríe.
—Aprendí que nunca puedes decir nunca— bromea.
—Eso es verdad, ¿y tuvo hijos? — me atrevo a preguntarle.
—Una niña que ya no es tan niña de mi primer matrimonio, tiene 14 años y se llama Sara. No tienes idea, me vuelve loco, pero porque sabe que puede tener todo lo que quiera de mi— admite haciéndome reír.
—La niña de papá— añado.
Finalmente es nuestro turno de pasar por el punto de seguridad, y después de cumplir todos los protocolos, agarramos nuestras cosas y nos sentamos un momento en una de las bancas para poder volver a ponernos nuestros zapatos, ya que nos lo han hecho quitar —¿y tú? ¿piensas tener hijos con tu novio? — me pregunta, y si bien fui yo quien comenzó a hacerle preguntas personales, esto me incomoda un poco.
—No lo sé, no es algo que hayamos conversado mucho— me limito a responder y es que en realidad es así.
—Un hijo es lo mejor que te puede pasar en la vida, pero también es una gran responsabilidad, cuando su mamá y yo nos divorciamos, para ella fue muy difícil... su madre y yo tuvimos que dejar nuestras diferencias atrás y hace lo mejor para ella— me explica haciéndome sonreír.
—Eso es ser buenos padres— comento mientras ya nos vamos levantando de la banca para ir al área donde esta nuestra puerta de embarque.
—Hicimos lo mejor que pudimos, y creo que nos salió bastante bien— me dice con orgullo y por primera vez me pregunto si Bruno y yo seriamos buenos padres. «¿Qué? No... ni lo pienses» me regaño a mi misma y es que definitivamente no estamos preparados para algo así. —¿Estás bien Roció? — me pregunta regresándome a la realidad y asiento.
—Si... lo siento, solo me quede pensando en algunas cosas— me excuso.
—Bueno, volviendo a temas laborales, ¿tienes toda la información para la presentación? — me pregunta volviendo a ser mi jefe y asiento.
—Si, tengo toda la información y he preparado unas diapositivas con diferentes perspectivas de cómo podemos encarar la campaña publicitaria, creo que le va a gustar— explico.
—Estoy seguro, eres demasiado buena en lo que haces y si todo esto sale bien, tengo pensado hacerte una oferta laboral que puede interesarte mucho— me explica haciendo que mi curiosidad vaya de 0 a 100 en un segundo.
—¿Oferta laboral? — pregunto un tanto sorprendida y sonríe.
—Si, pero primero concéntrate en esta presentación, después veremos el resto— me dice haciéndome sonreír.
—Si, por supuesto— respondo intentando mantener la calma.
—Iré por un café, ¿quieres algo? — me pregunta y niego.
—No, estoy bien, te espero aquí— contesto y ahora ya comienzo a dudar si la pregunta de los hijos tenía alguna relación con la propuesta laboral o no, ¿y si todo esto es una especie de entrevista laboral?
«Tranquilízate Roció, no te hagas ideas que no son... pero ¿y si es así?» mi mente es un desorden en estos momentos, pero ni siquiera entiendo porque, después de todo la idea de tener hijos ni siquiera se me ha pasado por la cabeza. Tal vez solo estoy preocupándome por cosas que no vienen ni al caso. El ruido de mi celular irrumpe mis pensamientos y al sacarlo de mi bolso, veo un mensaje suyo en la pantalla.
//Que tengas un excelente viaje y éxito en tu presentación. Solo escríbeme cuando hayas llegado para saber que estás bien, te amo//
Esto es lo que necesito de él... que me apoye en todo esto, que me desee lo mejor y que seamos los mejores compañeros en este viaje llamado "vida"
//Yo también te amo, apenas llegue te llamo//
Le respondo inmediatamente y como una tonta le sonrió a la pantalla pensando que él es el hombre que necesitaba en mi vida, uno que siempre me deseara lo mejor y me ayudara a crecer.
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Mi Vecino, El Mujeriego [TERMINADA]
RomanceRoció Buschiazzo, una mujer de 29 años se muda a la ciudad de Madrid por trabajo después de haber vivido en algunas cuantas ciudades del mundo. Lo que ella no sabe, es que el nuevo vecino que le toco no es como los otros tantos vecinos, él es un hom...