dieciocho. ii

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–¿En serio vas a devolverle el anillo?

–Claro, que otra cosa quieres que haga si voy a terminar el compromiso. Es su anillo, no mío.

Hablaba con Jungkook. Justo cuando iba en camino al apartamento de Jin luego de devolverme al mío por el anillo, recibí su llamada. Quería saber cómo estaba y le conté sobre la conversación que tuve con nuestros padres. Todo le pareció bien menos la parte en la que devolvería el pequeño objeto que representaba el compromiso.

Minny, si lo empeñamos podemos comprarnos muchas cosas. ¡Piensa, hermanita! –creo que si él pudiese darme un zape a través del celular ya lo hubiese hecho–. Necesito otro panel In-Plane Switching, de veintisiete pulgadas, con ocho mil píxeles de resolución, una interface de conexión de dos punto uno y velocidad de refresco de ciento cuarenta y cuatro hercios. –Había hablado tan rápido que creí como si de pronto estuviese comunicándose en alguna lengua extinta. –¡Es de vida o muerte!

–Okeey... No sé lo que ven las chicas en ti, rarito.

–¡Yah!... ¿En serio quieres que te lo diga?

–Asqueroso.

Soltó varias carcajadas hasta que se calmó, hubo un lapso de unos pocos segundos en silencio y luego volvió a hablar.

Minny.

–¿Qué?

No se lo devuelvas. –Lloriqueó.

–No puedo quedarme con algo que no me pertenece.

Técnicamente ya es tuyo. Es de mala educación despreciar las cosas que te regalan, eso nos enseñó mamá.

–Este no es el caso, niño.

–¡No soy un niño!

–Te estás comportando como uno.

Después de diez minutos le corté a Jungkook porque seguía insistiendo, tratando de convencerme de quedarme con el dichoso anillo y venderlo. Estaba loco, aunque la verdad me reí mucho con él y sus tonterías. Eso me hacía falta, me relajé un poco.

Intenté comunicarme con Jin para avisarle que iría a su apartamento, pero tenía el celular apagado. Lo cual era raro y al llegar allá me enteré que no estaba, el portero me dijo que no lo había visto desde la mañana.

Pensé en devolverme a casa, pero no quería dejar pasar más tiempo. Algo me dijo que podía estar en el penthouse. Entonces me decidí a conducir un poco más y cruzar parte de la ciudad hasta donde se encontraba otra de sus propiedades. Si no estaba allí entonces desistiría y tendría que esperar.

Me sentía con mucha convicción para al fin terminar con esta farsa, hablar con mis padres fue lo mejor que pude haber hecho.

"Max, si alguna vez te casas que sea por amor. Porque encontraste a alguien que aprecie tu valor, porque encontraste a una persona con quién crecer y construir bonitos recuerdos juntos. El amor no tiene que ser una jaula, y mucho menos el matrimonio." Eso me había dicho mamá cuando me despedí. Tenía razón y lo tendría muy presente siempre.

El matrimonio de Hyorin y Junhyun era digno de admirar, ambos han pasado por muchas dificultades. La principal fue el enterarse de que ella no podía tener más hijos, que era lo que querían, aún así buscaron otras opciones para cumplir con sus deseos porque se amaban y no iban a darse por vencidos, por eso adoptaron. No sabría si mis padres biológicos seguirían juntos si estuviesen vivos, hablando en términos del amor, claro; yo podía decir que se amaban según mis recuerdos, pero lo cierto es que habían momentos buenos y malos en cada etapa de la vida. Tanto el noviazgo como el matrimonio, además del amor, eran a base de constancia y cuidado por más tiempo que pasara. Supongo que siempre había que buscar la manera de mantener la relación viva si aún existían sentimientos y las ganas de ambas partes, por supuesto, sino ya no habría nada que hacer. Por eso ya no podía seguir mintiéndome, tuve que haber terminado con Jin desde mucho antes.

reformed •myg (problematic book #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora