dieciséis. iii

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"... Me tienes tan alto que apenas puedo respirar.

Entonces no me dejes,

No me dejes ir.

Necesito un gánster para que me ame mejor,

Mejor de lo que todos los otros hacen..."

Kehlani - Gansta.







La alarma sonó y yo alcancé mi teléfono para apagarla. Yoongi ni se movió, seguía dormido profundamente y sus leves ronquidos se escuchaban en la habitación. Aún las luces amarillas seguían encendidas porque en la madrugada luego de hablar un poco, se quedó dormido de nuevo y no quise moverme para no molestarlo, así que después yo también caí en un sueño, no tan profundo como el suyo, porque estaba al pendiente de que no se hubiese ido del apartamento, y cada tanto me despertaba.

Eran las seis de la mañana y yo debía ir a mi apartamento para arreglarme e ir a clases, aunque prefería quedarme con Yoongi y dormir un poco más, pero no podía.

Quité su brazo de mi abdomen con lentitud, él se había mantenido en la misma posición durante este tiempo y yo también obviamente, porque no me permitía moverme. Me levanté y dejé una almohada junto a su cuerpo para que la abrazara, no pude evitar quedarme admirándolo por unos segundos. Así dormido se veía tan pacífico e inocente, como si la tormenta que constantemente llevaba por dentro no lo consumiera.

No me contuve y lo besé en la mejilla.

Me desplacé con sumo cuidado hasta el baño, hice mis necesidades y me lavé la cara. Cuando salí, él aún seguía dormido y yo no quería despertarlo sólo para decirle que me iba, debía descansar bien. Además sería difícil decirlo y verle a los ojos.

Mi corazón dolía porque de nuevo tendría que dejarlo, pero si no era así de igual manera él me hubiese pedido que me fuera.

Apagué la luz, tomé mi bolso y cerré la puerta de su cuarto al salir, guardé el teléfono en el bolso, pero en eso me frené al escuchar murmullos y una risa baja provenir de la sala, me hubiese asustado de no ser porque reconocí la voz de Hoseok y luego el susurro de Namjoon pidiéndole que se callara.

Me encontré al más alto de los dos sentado en el sillón, una bolsa transparente con medicamentos adentro estaba puesta sobre la mesa de centro. Suponía que eran para Yoongi. Luego mi vista recayó en Hoseok, que estaba en la barra de la cocina con tres hamburguesas delante de él.

–¡Hey!... ¡Maaaax!... Mi linda Max, despertó. –Exclamó, con demasiado entusiasmo para ser tan temprano, aunque sus palabras salieron un poco arrastradas.

–Cállate de una maldita vez, Hoseok. –Namjoon le riñó y luego me miró con una disculpa expresa en su rostro– Ignóralo, está ebrio y drogado.

–Oh...

Eso explicaba ciertas cosas.

–¿Ya te vas?

–Si, debo ir a clases –él asintió– Yoongi está dormido aún, estaba muy cansado.

Caminé hasta donde había dejado mis botas y me las puse.

–¿Podemos hablar un momento?

Me giré a verlo, ahora estaba de pie con las manos en los bolsillos de su pantalón, asentí y entonces se dirigió a Hoseok.

–No vayas a hacer más ruido y mucho menos ir a molestar a Agust. 

El chico estaba devorando una de las hamburguesas, la salsa le chorreaba manchando su barbilla, pero tragó y se pasó el dorso de la mano, limpiándose.

reformed •myg (problematic book #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora