Natalie Taylor - Surrender.
Me estiré en la cama acariciando las sábanas suaves, abrí los ojos de golpe, reincorporándome con éstas hasta el pecho recordando donde me encontraba. La habitación de Yoongi estaba algo iluminada, aún si la persiana estuviese corrida dejaba entrar algo de claridad. Solté un quejido porque algunas partes de mi cuerpo las sentía un poco adoloridas, mi cara se calentó al recordar lo que pasó anoche.
Él no estaba a mi lado.
Sentí la primera punzada en mi pecho.
El espacio junto a mi estaba frío señal de que se había levantado hace mucho. Le eché un vistazo a la habitación, todo era estilo minimalista: las paredes blancas y el amueblado de color negro y gris, las sábanas de la cama eran blancas pero la colcha gris oscuro. Había un clóset de madera negra, como el copete de la cama king, a un lado de la puerta. También habían dos mesas de noche de cada lado de la cama. Delante de mi estaba un pantalla plana en la pared y había otra puerta abierta en diagonal que era el baño, el cual estaba con la luz apagada. Entonces me fijé que mi vestido estaba a los pies de la cama doblado y mi sujetador encima.
Alcancé mi prenda superior y me la puse, inconscientemente busqué mis bragas pero luego recordé que estaban rotas, solté una maldición por lo bajo. No me quedó de otra que ponerme el vestido sin nada más, era tan incómodo andar así.
Entré al baño, me recargué en el lavabo y pequeños flashbacks de la noche anterior venían a mi. Comencé a sentir la culpa recorrerme.
–Eres una estúpida... No, mucho más que eso. –Murmuré para mí misma. Abrí el grifo y junté las manos para recoger agua y mojarme el rostro. Miré mi reflejo en el espejo que tenía enfrente, alcancé a ver unas marcas enrojecidas, sensibles al tacto, en la zona de la clavícula y también tenía unas en mi pecho. No eran tan visibles pero aún así cualquiera que se acercara lo suficiente las notaría. –¡¿Qué se cree para marcarme?!
Tomé una respiración, debía mantener el control de mis emociones ahora.
Abrí el estante, buscando algo hasta que vi el enjuague bucal, lo utilicé dos veces como que si eso fuese borrar algo de lo que había ocurrido la noche anterior. Me sequé la cara y evité mirarme en el espejo de nuevo.
Salí de la habitación en busca de Yoongi, en el pasillo había una puerta común y al lado una corrediza con vidrio templado. No le presté mucha atención, me percaté de que el lugar estaba muy silencioso hasta que llegué a la sala. Todo parecía algo distinto de anoche, los paneles de luz estaban apagados y así como su habitación, todo tenía el mismo estilo minimalista, sólo tres colores: blanco, negro y gris.
El apartamento era amplio y sólo había lo esencial. La sala estaba ocupada por dos sillones de cuero gris plomo y una mesita en el medio, una pantalla plana en la pared frente a éstos. Tenía un gran ventanal desde donde se veía el río y una parte del puente, además de otros edificios, entraba toda la claridad ya que las persianas estaban corridas hacia arriba haciendo que el porcelanato del piso brillara de forma impecable. La vista era muy bonita. A mi izquierda estaba la cocina y una barra la separaba de la sala, y luego la puerta principal.
Me asomé en la cocina la cual estaba vacía, todo se veía muy limpio y ordenado, como si no hubiesen preparado nada o como si Yoongi prefiriera comer fuera. O sólo era una persona muy ordenada.
Estás sola, ¿Esperabas que él estuviese preparando el desayuno para ti?
No tendría por qué hacerlo, tienes novio.Mis ojos comenzaron a picar al pensar en la situación en la que me encontraba, la opresión en mi pecho casi me ahogaba, me había comportado como una zorra. Se me hizo tan fácil engañar a Jin, me mataba la idea de lastimarlo y no era justo para él lo que hice a cuenta de nada, porque Yoongi ni estaba aquí.
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reformed •myg (problematic book #1)
FanfictionDos pequeños llegaron juntos a aquél edificio grande de paredes grises. Si bien no se conocían, tenían algo en común, ambos vivían en las calles y robaban para poder sobrevivir. Dos vidas cruzadas desde un principio. Destinos diferentes... O quizá...