ocho.

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–¿Me trajiste aquí para matarme? –Hablé mirando hacia el frente, se podía apreciar toda la ciudad desde donde estábamos. Habían unas cuántas farolas detrás de nosotros que alumbraban el lugar tenuemente, además de la luna, la vista era increíble.

Escuché una risa y luego el chasquido de un encendedor, vi por el rabillo del ojo como salía el humo del cigarrillo desde la boca de Yoongi.

–Si quisiera matarte no te hubiese traído hasta acá.

–¿No? Es un muy buen lugar para matar a alguien y esconder su cuerpo sin dejar rastros.

Otra risa.

–Deja de decir estupideces, Ellie.

Era curioso el como ahora Yoongi y yo estábamos en un mirador, recostados del capó de su auto hablando como si nada hubiese pasado antes. Cómo si el apuntar a alguien con un arma no fuera la gran cosa.

Yo le había enviado un mensaje a Bobby diciéndole que me tuve que ir a dónde Rina porque me llamó, que en tal caso que Jungkook o Jimin estuviesen demasiado ebrios no los dejara salir de la casa aunque era poco probable que quisieran irse, tuve que mentir ya que se supone había ido con ellos y tendría que irme con ellos. Y también se supone que Yoongi me llevaría a casa, le había dado mi dirección, pero luego me di cuenta que se iba por caminos que no conocía, aún así pensé que estaba tomando atajos pero resulta que se metió por un camino de tierra el cual se hacía empinado con el pasar de los minutos, casi estuve a punto de entrar en pánico, es decir, yo había confiado en él y no sabía lo que podía estar pasándole por la mente pero me tranquilizó diciendo que no quería dejarme en mi casa estando alterada, para él era muy fácil de leer mi lenguaje corporal al parecer. Yo veía esto como una excusa de su parte para hablar, ya que lo necesitábamos.

Claro, que durante el camino no dejé de darle vueltas a todo el misterio que envolvía a Min Yoongi, quería saber tantas cosas pero ni sabía por dónde empezar.

–Que bien que te teñiste el cabello, no me gustan las rubias. –Habló de nuevo cuando nos sumimos en un silencio para nada incómodo, ya que yo me hundí de nuevo en mis pensamientos.

¿Acaso estaba coqueteando conmigo? ¿Que demonios le pasaba? Era tan raro, que me puse nerviosa de pronto.

Inconscientemente me toqué un mechón de cabello, ahora negro. Decidí volver a mi color, ya era suficiente de rubio, lo había teñido así por la última campaña de mamá en la que participé y me gustaba pero prefería tenerlo negro.

Lo miré y noté en sus ojos una pizca de burla.

–Al parecer no puedes pasar una noche sin compañía. –Su expresión se tornó interrogante y es que ni yo sabía por qué había dicho aquello, aún debía seguir afectada por todo lo anterior y eso hacía que dijera cosas que ni iban al caso. –E-El otro día tu recepcionista me dio a entender que eras un mujeriego. –Balbuceé. El entendimiento cruzó sus facciones y suspiró pesadamente desviando la mirada.

–Issy habla mucho –no noté nada raro en su tono, como si fuera algo de todos los días que esa chica se la pasara diciendo cosas acerca de su vida personal a cualquiera que llegara y a él le diera completamente igual, esa actitud me intrigó– ¿Qué diría tu novio si se enterara que estás aquí conmigo? –Preguntó y pude sentir algo de recelo en su tono, después de todo su manera de conocerse no fue la mejor.

–No le gustaría, supongo. –Murmuré, y por un momento me quedé como en un trance viendo su perfil, sus movimientos al llevarse el cigarrillo a la boca y luego expulsar el humo, el como sus labios se movían... Una sensación inexplicable me recorrió el cuerpo entero.

reformed •myg (problematic book #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora