diez.

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Era un viernes por la noche y estaba con Rina en mi apartamento, comiendo helado y viendo una película.

Había pasado unos cuantos días desde la última vez que vi a Yoongi, su cambio de actitud tan repentino fue algo que me tomó por sorpresa, creí que todo iba bien, que podíamos a llegar a formar una amistad al menos. Pero él escondía cosas y al parecer no quería que yo lo supiera. Aquél día que se fue de la cafetería, dejándome ahí con miles de preguntas, sentí que mi corazón se rompió, ahora había sido su turno de dejarme y de la forma más cruel.

Lloré mucho ese día, no quise ver a Jin, aunque le surgió algo y de todas formas no pudo ir a verme. Me fui a mi apartamento sintiendo un gran vacío, Rina aún si no estuvo de acuerdo con que me viera con Yoongi, fue mi apoyo, me consoló y me escuchó todo el tiempo en que me mantuve haciéndome las mismas preguntas, una y otra vez. ¿Por qué no podía sincerarse conmigo de una vez? Entonces entendí que no podía obligarlo a nada, si no quería que tuviéramos ningún tipo de relación, no me quedaba más que superarlo y seguir con mi vida. Todos teníamos que cerrar ciclos en algún momento, y me tocaría hacerlo con él. Claro, que mi ánimo ha estado un poco decaído, por lo que he intentado concentrarme en las clases, he pasado el tiempo con mis hermanos, con Jin o con mi amiga, quería mantener mi mente ocupada, aunque de igual manera cuando me encontraba sola no dejaba de pensar en Yoongi y creo que estaría así por un tiempo.

Mi celular volvió a vibrar con mensajes de Tae y Jungkook por el chat grupal, estábamos organizando una salida para el día siguiente, aunque Jimin no había escrito nada, y ellos no sabían de él. Como buena hermana insistente decidí llamarlo.

Después de un par de tonos contestó.

Hola –lo puse en altavoz porque así podía sostener mi bote de helado– ¿Qué pasa, Minny?

–¿En donde estás? ¿Por qué no respondes los mensajes del chat?

Estoy en casa, pero ahora voy a salir –vi como Rina dejó el bote de su helado sobre la pequeña mesa que tenía en la sala, parecía muy atenta a la llamada– He estado ocupado y no he podido revisarlo, lo siento.

Rina me mostró su celular, dónde tenía escrito "Retenlo" en el organizador, fruncí el ceño al no entender, pero ella se levantó y me hizo una seña para que hiciera lo mismo.

–¿Ocupado con qué? –ella fue hacia la puerta y se colocó sus zapatos, yo dejé el helado junto al de ella y me acerqué tocando su hombro haciéndole un gesto de que no entendía lo que trataba de hacer– ¿Esas cosas son más importantes que responderle a tus hermanos, Park? –Vi como Rina articulaba un "vamos a seguirlo" y no me quedó de otra que ponerme los zapatos también.

Jimin había estado algo ausente estos días con la excusa de estar ocupado con las clases, sólo nos habíamos visto tres veces y llegué a quedarme en su apartamento hace unos días. Rina y yo estábamos conscientes de que ocultaba algo, aunque yo había decidido no insistir, pero esta parecía una oportunidad de saber que era lo que lo estaba haciendo actuar tan raro. A ella le preocupaba porque estaba enamorada y a mí porque era mi hermano, no querría que le pasara algo malo.

No, lo siento pero es que...

–No importa –mi amiga me lanzó un abrigo del perchero y ella tomó uno, para luego abrir la puerta de una vez, dejando que saliera primero– Jimin, creo que dejé mi chaqueta en tu apartamento el otro día, ¿puedes revisar? –Caminamos por el pasillo directo al ascensor.

Eh... no, puedes venir a buscarla. Bobby va a estar aquí y no por mucho tiempo.

–Búscala tú, es que no sé si la dejé ahí o donde Jin y no quiero perder el viaje.

reformed •myg (problematic book #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora