cuatro.

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Once años después.

–Ya está decidido, Max –habló firme–me haré el tatuaje y tú vas a acompañarme.

–¿Estás haciendo todo esto sólo porque Jimin te dijo que necesitaba un tiempo?. –Inquirí, mientras caminábamos hacia el estacionamiento del Campus.

–No, me da igual en realidad... ahora seré una nueva y renovada, Rina –rodé los ojos– un tatuaje es lo que necesito. Vamos ahora.

–¿Ahora? Tengo que ir a casa, es un día especial y...

–¡Max! –Bobby venía directo hacia mi pero en cuanto vio a mi amiga quiso cambiar la dirección, aunque claro no se iba a escapar.

–¡Bobby, ven aquí! –el chico no pudo cumplir su cometido así que terminó de acercarse a nosotras, pasando un brazo por mis hombros y mirando a mi amiga con fastidio– ¿Has visto a Jimin?

Negué con la cabeza. ¿Dónde había quedado la nueva y renovada Rina que no le importaba Park Jimin?

–Nop. –Respondió él.

–Es tu mejor amigo ¿cómo no vas a saber?

–No es que pasemos todo el día juntos. –Se encogió de hombros.

–¿No se supone que ya te daba igual lo que tuviera que ver con él? –Rina frunció el ceño y no pudo replicarme.

No quería ser cruel con ella, pero es que la muy tonta no ponía ni un poco de voluntad en desligarse completamente de Jimin. Yo le dije muchas veces que no se metiera con él, era mi hermano y lo amaba pero era un desastre. Mis tres hermanos lo eran, aunque él se llevaba la corona.

Rina era una buena chica y de buenos sentimientos, era un poco menor que yo por lo que quería protegerla de aquél idiota. Nos hicimos amigas por Taehyung ya que él estuvo saliendo con su hermana un tiempo, aunque ahora eran sólo amigos.

A Jimin no le gustaban los compromisos, podía salir con una chica pero nunca se comprometía del todo, así pasó con Rina a pesar de mis advertencias con ambos porque yo sabía que algo podía salir mal, ellos decidieron seguir en su jueguito de pasar el rato, que terminó porque surgieron sentimientos por parte de ambos y de un día para otro él le dijo a mi amiga que se tenían que dar un tiempo, porque según no era bueno para ella. No sabía muy bien que quiso decir mi hermano con eso y es que no había tenido la oportunidad de hablar bien con él respecto a todo este asunto, era muy reciente. Lo que pude pensar cuando supe que se darían un tiempo fue que él no estaba preparado para tener una relación estable aún si ella le gustara.

–Sólo me preocupo. –Pronunció por lo bajo.

–Él está bien, lo veré hoy donde nuestros padres –aunque no estaba segura de eso, no habíamos hablado, pero él no podía faltar a un día así– Es el cumpleaños de mamá y nos reuniremos todos.

Ella asintió dándose por vencida.

–Rina, deja que piense las cosas. Lo hace por ti. –Dijo, Bobby. Fruncí el ceño porque sentí que había algo oculto en sus palabras pero no era momento de interrogarlo porque sabía que no me diría nada. Rina también parecía meditar sus palabras.

Bobby y Jimin eran mejores amigos, y él era su confidente. No hablaría acerca de su amigo aún si lo torturaran, pero yo definitivamente hablaría con Jimin, trataría de obtener una explicación.

Bobby se despidió de ambas y se fue, quizás para evitar más interrogatorios. Quedé con Rina en que al día siguiente podía ir con ella a que se hiciera el dichoso tatuaje, se me hacía tarde para ir a casa, ella a pesar de que estaba ansiosa aceptó esperar porque de verdad quería que yo la acompañara.







reformed •myg (problematic book #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora