A Yoongi y a mí nos dejaron salir cerca de la hora de la cena, pero no nos permitieron ir al comedor, ese también era parte del castigo, quedarnos sin cena. Era injusto pero al menos, por lo que escuché, a Namjoon también le habían prohibido ir al comedor con los demás.
Ambos nos fuimos a nuestras habitaciones sin dirigirnos la palabra.
Estaba de mal humor, y con hambre, todo por meterme donde no me llamaban. En el cuarto donde dormía éramos cinco niñas y sólo Hani fue la que me trajo un poco de su comida a escondidas, se lo agradecí pero la mitad de un sándwich de jamón ni me llenó. Aunque me pidió disculpas por no haber intentado evitar mi castigo, le dije que estaba todo bien mientras comía la mitad del sándwich con desesperación.
En estos momentos extrañaba la comida de mi madre. Ella solía cocinar para mi hermana y para mi nuestros platillos favoritos.
Era medianoche, las demás dormían pero yo no podía hacerlo porque mi estómago rugía así que decidí bajar a la cocina, arriesgándome a que me vieran pero si lograba comer algo entonces valdría la pena. Bajé de la litera que compartía con Hani, ella dormía en la parte de abajo, me coloqué mis pantuflas y salí con cuidado del cuarto. Todo estaba a oscuras y daba un poco de miedo, aún así comencé a caminar por el pasillo hasta bajar las escaleras que daban hacia el área de la cocina.
Abrí la puerta y tuve que apretar los labios porque casi se me sale un grito de susto, alguien estaba ahí, sobre una mesa, pero me tranquilicé un poco al ver que era Yoongi. No pude ver su expresión ya que la luz proveniente de afuera no alumbraba lo suficiente. Su cabello casi cubría sus pequeños ojos, y me di cuenta que tenía puesta una pijama gris con azul.
–¿Qué haces aquí? –Preguntó, casi en un susurro, y me acerqué a él viendo que tenía un paquete de galletas en la mano.
–Tengo hambre al igual que tú. –Me subí a la mesa, junto a él.
–¿Por qué te metiste en la pelea?
–No quería que siguieran molestándote. –Respondí.
No dijo nada, en cambio me tendió el paquete.
–Creí que una de tus amigas te llevaría comida. –Habló, de nuevo.
–Lo que me llevó Hani no fue suficiente, y ella no es mi amiga, no tengo en realidad –dije, saboreando la galleta de vainilla– ¿dónde conseguiste esto?
No solían darnos galletas, ni dulces, eran muy pocas las veces. Ahora me daba cuenta que sólo las cocineras las comían, y cuando les daba la gana, nos las repartían.
–En uno de los gabinetes. –Se encogió de hombros. Agarró algo que estaba a su lado y lo puso delante de mi, era un vaso con leche.
–Gracias. –Di un largo trago y agarré otra galleta.
Él se bajó de la mesa yendo hacia uno de los refrigeradores, sacó algo y volvió a dónde estaba. Me tendió una manzana y le dio un mordisco a la que tenía en su mano.
En la tarde no habíamos hablado mientras estuvimos encerrados, ahora se estaba comportando diferente. No creí que pudiera decir más de tres palabras pero me equivoqué.
–No habíamos hablado desde el día en que llegamos aquí. –Mencioné.
–Ese día estaba molesto.
–Yo también.
Subió sus piernas a la mesa, acomodándose para mirarme de frente, aún con la manzana en su mano.
–Prefieres estar en la calle, ¿verdad?
–Si, ¿y tú? –Dejé el paquete de galletas a un lado y tomé otro poco de leche antes de darle el vaso.
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reformed •myg (problematic book #1)
FanfictionDos pequeños llegaron juntos a aquél edificio grande de paredes grises. Si bien no se conocían, tenían algo en común, ambos vivían en las calles y robaban para poder sobrevivir. Dos vidas cruzadas desde un principio. Destinos diferentes... O quizá...