"Mi único error fue caer ante ti"
Alex.
La última vez que vieron a Sebastián fue ayer en este hospital. Desde entonces no ha salido de ahí.
— Señor, todo el hospital está rodeado. Podemos empezar cuando quiera.
Sonrío — hagámoslo aho....
El teléfono de Bjorn me detiene, él responde, abre los ojos y me mira — señor, es Ángel, señor.
🥀🥀🥀
Como no tenga una puta razón para decirme porqué coño no está en casa voy a colgarla de los pies y a dejarla morir lentamente.
—Dime dónde coño están — pido amablemente por última vez a uno de los hombres que empezó a disparar al aire hace doce minutos.
— Vete a la mierda — ríe.
Una vez corto su cuello y lo dejo desangrándose en el suelo, Bjorn se une a mí.
— Escaparán hacia la estatua de Balto, señor, luego seguirán hacia la calle 72, allí los espera un coche.
Bjorn se limpia la cara y las manos con un pañuelo mientras habla.
— Lleva un equipo hasta la 72, yo cogeré a mi esposa con el resto de los hombres.
Cruzo todo el parque en busca de Ángel. Mis hombres se adentran en las diferentes zonas ajardinadas, en busca de ella. Estoy a punto de pasar por alto una de esas zonas y dar la vuelta cuando escucho su voz.
— ¿Tu vas a comprarme otro?
Su voz ofendida y chillona llega hasta mí. Con simples movimientos de cabeza doy órdenes a mis hombres. Ellos rodean todo el lugar con armas en mano mientras otros tres alejan a los pocos transeúntes que pasaban por allí.
Tras una primera ráfaga de balas, escucho sus chillidos. Sonrío. Se ha asustado.
— ¡Jensen devuélveme a mi mujer maldito hijo de perra! — bramo.
Puedo escuchar sus quejidos, los de todos sus hombres, pero jamás esperé encontrarme con Massimo frente a mí.
"Papá me prometió con Massimo"
La voz de Ángel resuena en mi cabeza. A medida que sale de la arboleda puedo ver a Ángel en sus brazos. La sujeta con una sola mano, impidiendo que se mueva. Ella forcejea e intenta soltarse, pero él no se lo permite. Su otra mano la ocupa para apuntar con un arma a su cabeza, por lo que detengo a mis hombres, detrás de él, Jensen sonríe con malicia. Ni siquiera se digna a llevar un arma, se ve demasiado relajado a pesar de que están intentando asesinar a su hija, aunque puede que se deba al hecho de que no es su hija biológica.
—È un po che non ci si vede — ríe — mi querido amigo.
*Hace mucho tiempo que no nos veíamos.
No tuvo suficiente con follarse a mi ex mujer, ahora viene a por mi esposa.
— Qué coño haces aquí.
— Tengo negocios con algunos rusos — explica.
— ¿Te refieres a los que estoy asesinando?
Massimo hace una mueca y sisea — me temo que nunca acabarías con todos, bueno, el caso es que, ya que estaba por aquí, vine a buscar a mi mujer.
Paso mi lengua por mis dientes sin abrir la boca, Ángel ahoga un grito y me mira. Sabe que solo hago ese gesto cuando estoy realmente cabreado.
— No voy a entretenerte si viniste a buscar a tu mujer, pero devuélveme a la mía.
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Sumisa ©
RomanceLibro 1 Sumisa: Seduciendo al dragón rojo. #SAGAMENTIRAS Alex Deberaux había logrado tener un nombre en el bajo mundo junto al poder que siempre había ansiado. El dragón rojo era sin duda el sueño de muchas mujeres, y también su perdición. El apodo...