"Al final del tunel no siempre hay una salida, muchas veces, es una trampa"
Actualidad.
Alex:
He buscado a Ángel en toda la ciudad. Removido cimientos de toda la puta mafia. Este es mi último enemigo.
— Por última vez, donde coño la tienes — exijo.
Tomando el cabello de la hija de Eric, la alzó y le pegó un tiro en la pierna. El tipo, ya algo viejo, se mueve nervioso mientras su hija chilla suplicándome volver con su padre.
— Alex, te lo juro, no sé dónde está tu mujer. No sabía ni que estabas casado.
Robert toca mi hombro — señor, probablemente diga la verdad. Hemos rebuscado en toda esta zona. No hay rastro de la señora. Nuestros hombres infiltrados tampoco la han visto, cabe la posibilidad de que... no haya sido nadie de aquí.
Suelto a la mocosa y pongo mis manos sobre mi cintura.
— Y donde coño está.
— Nos ha llegado un reporte reciente, hace algunas semanas un pequeño grupo se instaló en los márgenes de Nueva York. Su forma de operar es similar a la del círculo.
— ¿Y?
— Se instalaron hace poco pero por ahora sabemos que está relacionado con Bellamy.
— ¿Con quién?
— Bellamy, señor.
— ¿Bellamy? ¿Esa loca, asesina y sanguinaria?
¿Para que querría a Ángel?— Ese es el asunto, confiamos en que la señorita esté bien y creemos que quiere ponerlo nervioso para que acceda más rápidamente a sus demandas en cuanto ella se ponga en contacto, ella es muy meticulosa.
— A la mierda, encuéntrala y tráela ante mí.
— Si, señor.
🥀🥀🥀
Doce horas, no he dormido, no he comido y he matado a más gente de la que imaginé y Ángel sigue sin aparecer. He revuelto el jodido mundo de la mafia y no hay rastro de ella.
Todos saben ahí fuera que ella es mía, entonces porque coño tienen que tocarla.
Suspiro.
Las cámaras de seguridad estaban desactivadas, la valla no estaba electrificada y nadie vio nada. Ángel solo se ha esfumado con Bjorn.
ESTÁS LEYENDO
Sumisa ©
RomanceLibro 1 Sumisa: Seduciendo al dragón rojo. #SAGAMENTIRAS Alex Deberaux había logrado tener un nombre en el bajo mundo junto al poder que siempre había ansiado. El dragón rojo era sin duda el sueño de muchas mujeres, y también su perdición. El apodo...