"Ser una carga para tus seres queridos es el peor de los sentimientos"
Alice.
Venir sin un plan fue algo arriesgado, pero necesario.
Bjorn entra en casa y cierra la puerta. Puedo verlo caminar hacia mí desde la sala.
Tras el baile pudimos darnos cuenta de una cosa, nosotros, solo somos parte de las fuerzas de Ángel, no somos todo lo que ella tiene. Sebastian es conocido como un hombre de negocios, y al bailar con Ángel nos dio a entender a todos los presentes que está de su lado.
— No sé quién es Ángel — confieso en el silencio de la sala de esta casa — creí que la conocía, vine hasta aquí pensando que me necesitaba... y no — acabo en un hilo de voz.
Bjorn toma una bocanada de aire y acaricia mi cabeza.
Nuestros ojos se conectan — ¿Quieres verla? Puedo organizar una reunión casual, o algo así. Hay un camino que une este terreno con el del jefe, puedo....
Niego — no, no quiero ser un estorbo. Si ella no me recuerda, no tiene sentido.
Bjorn suspira — ¿les has informado a los demás?
Sé que se refiere al Círculo.
— No he podido, solo dije que Ángel necesitaba un poco de tiempo y que les informaría pronto del siguiente paso.
Su suspiro solo me hunde un poco más — pensar que has entregado tu virginidad para estar cerca de ella y de repente no te recuerda
— No era parte del plan — confieso, aun sabiendo que el ya debe saberlo — solo quería saber si estaba bien, antes de que llegara estábamos al límite, sin que nadie nos ayudara, no sabíamos cómo encontrar a Bellamy... y entonces ella apareció, dio un par de órdenes y nos entregó un montón de dinero sin pestañear. Sé que eso no lo es todo pero eso nos salvó de la muerte. Ángel nos salvó. Y por una vez yo quería salvarla a ella.
La forma en la que se ha mantenido en silencio hasta que he acabado de hablar me hace sonreír un poco más.
— ¿Estás mejor? — pregunta acariciando mi muslo con delicadeza.
Asiento. Tengo la necesidad de que me abrace pero no estamos en esa clase de relación.
🥀🥀🥀
Más tarde, cuando Bjorn se ha marchado de nuevo, una de las esposas, o más bien de las mujeres secuestradas por los hombres de Alex, toca mi puerta.
Se llama Victoria, y por alguna razón no le molesta vivir en este lugar.
— He recibido una carta — anuncia mientras se mete en mi casa con la confianza que tendrían dos íntimas amigas.
— ¿De... quién?
— Ángel Deveraux, bueno, todas hemos recibido una carta, al parecer le hizo un gran escándalo a su esposo porque no tenía amigas para su nueva afición.
— ¿Afición?
Victoria tira hacia atrás su cabello negro y se sienta en un lado del sofá de la sala de estar sin ser invitada siquiera.
— Hace una semana, vio un programa de televisión donde las mujeres de alta clase de épocas antiguas se reunían semanalmente y tomaban el te. Entonces le dio por tomar el te como lo hacían antiguamente, ya sabes, con esos vestidos de la edad media y todo eso. Pero no le gustó porque estaba sola. Entonces le hizo un drama a Alex y él le dijo que podía invitarnos a nosotras.
Asiento y me acomodo a su lado.
—¿Y os han invitado a todas? — demando.
Victoria me enseña su carta — llegaron esta mañana, ¿tu no tienes una?
Niego — no.
Victoria hace una mueca — puede que Álex crea que no estás preparada. Las chicas nuevas suelen ser algo problemáticas.
— Pero soy la esposa de su hombre de más confianza.
— Eso digo yo... bueno, tienes una semana, tal vez tu carta se retrasó, pero si no la recibes a tiempo no podrás tener un vestido listo...
Bjorn entra en casa justo en ese momento. No viene solo, está dando órdenes a dos hombres que entran con él cuando nos ve en la sala. Su ceja se arquea a medida que ve a Victoria. Bjorn mira el reloj y luego me observa.
— ¿No deberías estar en casa, Victoria? — demanda mientras se acerca a nosotras.
No me acostumbro a su tono de voz duro cuando hay alguien más presente.
Ella sonríe — ya me iba. Solo vine a ver a Alice un rato. Siempre está sola.
— Lo que ocurra con mi mujer no es asunto tuyo.
Ella toma mi mano a modo de despedida y se levanta, ofendida.
— Pues porque aquí nos cuidamos entre nosotras — espeta — y todas creemos que Alice se ve muy triste — dice, luego solo se marcha.
Bjorn se deja caer a mi lado y le ordena a sus hombres que salgan a dar una vuelta. Ambos se marchan y nos dejan solos.
— ¿Así que soy un maltratador ahora?
Sonrío y me abalanzo a abrazarlo. El no me aleja, más bien me retiene contra su pecho al sostener mi cintura con su brazo.
— Victoria y todas las demás recibieron una invitación para ir a ver a Ángel.
Bjorn abre los ojos y me observa.
— ¿Ah, si? ¿Y porqué no tengo constancia de ello?
Me encojo de hombros — puto Beau — gruñe.
Por alguna razón Beau y Bjorn no se llevan bien. Al parecer tienen la misma autoridad a ojos de toda esta gente. Así que continuamente surgen peleas entre ellos, sobretodo cuando uno da órdenes sin informar al otro.
— ¿Y, no te dijo por qué van a ir?
— Una fiesta del te — contesto — pero yo no he sido invitada.... y ni siquiera tengo vestido.
Nuestros ojos se conectan y Bjorn acaricia mi espalda — no te preocupes, irás.
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Sumisa ©
RomansaLibro 1 Sumisa: Seduciendo al dragón rojo. #SAGAMENTIRAS Alex Deberaux había logrado tener un nombre en el bajo mundo junto al poder que siempre había ansiado. El dragón rojo era sin duda el sueño de muchas mujeres, y también su perdición. El apodo...