61 | Promesa.

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"Bailemos juntos en esta guerra"

Ángel.

Está extraño.

Ha estado más comprensible de lo que creía. Me trajo ropa nueva, me dejó descansar, tomar una ducha y no ha exigido ninguna respuesta más. 

— Alex — murmuro cuando salgo del baño y saco mi cabeza por la puerta.

El está de espaldas, en el sofá.

— Ven aquí — me pide.

Rodeo el sofá y le veo con una copa de Vodka en la mano. Podrá sonar como un estereotipo pero todos los rusos que conozco beben Vodka.

— ¿Estás furioso?

— No — suspira. 

Pero no le creo. Conozco perfectamente su posesividad, probablemente esté pensando en nuevas torturas para mí. Todavía tengo mis dudas respecto a negarme a tener sexo con él. 

— ¿Seguro? — demando, acomodándome en su regazo. 

Alex palmea mi trasero y me mira — Si el infierno fuera mío ya lo hubiera congelado solo para descargar mi enfado.

Hago un mohín con mis labios — pero yo no tengo nada con él, puedes... ¿Puedes no matarlo?

Veo el color de sus ojos oscurecerse, pero todo lo que hace es acariciar mi mejilla. 

— Quiero que dejes de buscar a Jensen — me pide, y mi cuerpo se congela. 

Todavía no he empezado la búsqueda de mi padre. De hecho mis planes no consisten en buscarle, eso solo es una excusa para Alex. Sin embargo, Jensen me advirtió que estaba tratando temas peligrosos en los que no podía involucrarme y le dejé ir. Yo lo considero mi padre pero él tampoco me debe nada. Después de todo no tenemos una conexión sanguínea y ya no soy una niña que necesita de su papá. 

Ahora mismo mis planes se centran mas bien en Bellamy, el Círculo y Cole. Necesito encontrar la conexión entre ellos. 

— ¿Por qué?

— Jensen está dispuesto a matarme — asegura. 

Mi corazón se encoje al ver la expresión en su rostro y debo reconocer que mi padre no ha sido muy bueno con su único hijo. 

— Sé que él ha sido malo contigo — admito. 

— Todo el mundo lo sabe, no es ningún secreto que ese hijo de puta me desprecia. Pero no es por eso que no quiero verte cerca de él. No tengo idea de lo que planea, pero no voy a arriesgarme a que te haga daño. 

Intento no mirarle a los ojos, pero Alex tiene razón, Jensen podría ser capaz de cualquier cosa con tal de matar a Alex y eso incluye... hacerme daño a mí. 

— No le buscaré más — aseguro — lo prometo — aseguro. 

Ahora tendré que volver a buscar una excusa cuando quiera escaparme, veré qué se me ocurre pero no puedo permitir que Alex se obsesione con Jensen otra vez. No quiero poner en riesgo la vida de mi padre solo para protegerme. Ahora que Alex ha comprendido que Jensen quiere acabar con su vida, probablemente le buscará hasta la saciedad para matarle con sus propias manos. No voy a añadir más motivos a esa venganza. 

— ¿Qué quieres? — demanda en un suspiro, dejándose caer en el respaldo del sofá.

— ¿Cómo....?

— Para dejar de escapar, para dejar de huir y lanzarte a besar a ese hijo de perra, para no salir corriendo cuando escuchas el nombre de Jensen. O sobornar a Bjorn con natillas.

Sumisa ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora