"Viejos amores del pasado se convierten en enemigos del presente"
Ángel.
— Señorita Ángel, ha pasado algún tiempo.
La palabra "señorita" resuena en mi cabeza mientras la persona se da la vuelta y me encara.
Lleva un traje negro. Con una corbata azul marino. Sus ojos grises son algo más intensos que los de Bjorn.
— Hola... — susurro.
Tengo la certeza de conocerlo. No lo recuerdo, pero estoy segura de conocerlo. Sus ojos enmarcados por oscuras pestañas negras son familiares para mí. No siento amenaza alguna rezumando de él. Y la forma en la que me sonríe no es propia de un enemigo.
— ¿Todavía no me recuerdas?
Trago el nudo en mi garganta.
Mentir, debo mentir. Yo conozco a la persona que tengo delante. Miro sus dedos desnudos, no está casado. Hecho un vistazo rápido a su rostro, carece de arrugas en su rostro, y es más joven que Alex. su traje es caro y la forma en la que mece sus pies demuestra que está nervioso. Puede, no es seguro, que yo sea más importante que él y solo esté aquí intentando probarme.
Es más que obvio que Ángel Deberaux tenía mucho más que contar que una simple libreta llena de secretos que ella consideraría básicos.
El efecto secundario más peligroso del elixir para recuperar la memoria es algo irónico. Si no puedo recuperar mis recuerdos en un periodo determinado de tiempo, entonces estoy destinada a perderlos para siempre.
Como dije, irónico.
— ¿Qué haces aquí? — demando en un susurro.
Por instinto, mis ojos buscan a Alex entre la gente, no está muy lejos. A ocho metros de distancia habla con un grupo de hombres trajeados algo mayores a él.
Mi pregunta no tarda en ser respondida.
— Estaba preocupado, desapareciste del mapa.
— Es lo que hace la gente que no quiere ser encontrada.
— Te has casado — murmura, inclinándose hacia mí.
¿Quién eres?
No logro recordar.
— Eso parece — admito.
Mis palabras son básicas y no sacará nada en concreto por ahora, pero es fácil descubrir que hay algo mal conmigo si seguimos hablando.
— Sí eso parece — repite él — ¿Puede que haya venido en un mal momento?
Sonrío — puede.
— Bien, me encantaría bailar contigo, al menos, antes de irme.
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Sumisa ©
RomanceLibro 1 Sumisa: Seduciendo al dragón rojo. #SAGAMENTIRAS Alex Deberaux había logrado tener un nombre en el bajo mundo junto al poder que siempre había ansiado. El dragón rojo era sin duda el sueño de muchas mujeres, y también su perdición. El apodo...