37 | Infiel

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"Son dos caras de una misma moneda"

"Son dos caras de una misma moneda"

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Alex.

El disparo resuena, la bala corta el aire con precisión y lo único que soy capaz de sentir es el eco de los movimientos de la gente a mi alrededor.

Bjorn salta sobre mí el mismo instante en el que se escucha el disparo. Ambos rodamos algunos metros de distancia y entonces me obligo a abrir los ojos con rapidez. Bjorn está mirando detrás de mí, por encima de mi hombro. Su piel ha palidecido dos tonos y la expresión de sus ojos me indica que algo no va bien.

Lentamente, elevo la vista para toparme con la figura de Jensen en el mismo lugar. Han arrojado su arma al suelo, a varios metros de distancia. El metal tiene una bala atravesada. Mis ojos se concentran en su cien, sobre el punto rojo que tiene dibujado entre sus cejas.

El también lo ha notado, porque no aparta los ojos de la luz.

— Держись подальше от дракона.

Esa voz...

Unos pasos de tacones de aguja resuenan en la gravilla.

Jensen, lentamente, avanza hacia atrás.

Al ver brillar el metal que una mujer de figura delgada ha alzado hasta el cuello de Jensen, una parte dentro de mí se calma y otra empieza a comprender de quién se trata. Cabello rubio cayendo sobre sus hombros en largas y definidas ondas. Una máscara negra cubriendo su rostro y esa daga de plata llena de rubís.

— Темный ангел — dice el tarado que tuvo los huevos a crearme.

O lo que es lo mismo, Ángel Oscuro.

Por ninguna otra razón Jensen retrocedería. Él solo le teme a esa mujer. Y como no hacerlo cuando es una maldita loca desquiciada llena de veneno. Literalmente, todas sus armas y las de su gente están plagadas de venenos que no tienen cura.

— ¡Я знаю, что ты там, прячешься!

Detrás de Jensen, a su espalda, otros pasos se empiezan a escuchar, entonces, mientras los hombres de Jensen caen al suelo uno tras otros, ella decide mostrarse ante nosotros. Lleva una chaqueta negra, un top diminuto cubriendo sólo sus pechos, pantalones ajustados y esas botas negras de tacón alto que tanto solían calentar mi polla.

El Ángel Oscuro — me burlo.

Ella, de pie sobre uno de los caros coches de Jensen, eleva una daga de plata con la que juega entre sus dedos.

We cross paths again, Angel.

Esa frase saliendo de la boca de Jensen me da a entender aquello que siempre he sospechado, y es que ellos dos, estuvieron en contacto por algún propósito en el pasado.

Sumisa ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora