🗡️ 3. Escuadrón

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– Pero qué cruel fue. Debe dolerte mucho –dijo Hange, curando las heridas en el rostro del chico.

– Sólo un poco.

– ¿Dónde te duele? –sonrió.

– ¿Ah?

– Perdón por eso. Pero como resultado, logramos tener custodia sobre ti –dijo Erwin, acercándose a él.

– Sí. Logramos usar nuestro As bajo la manga en el mejor momento.

– Valió la pena lo que tuviste que sufrir –se agachó delante de él.– Gracias –sonrió, extendiendo su mano.– Será un placer trabajar contigo, Eren.

Eren abrió los ojos con sorpresa, los cuales brillaban con ilusión.

– ¡Igualmente, señor! –estrechó su mano.

Levi se acercó y se sentó en el mismo sofá que el chico, el cual se encogió hacia el lado contrario, asustado.

– Dime, Eren.

– ¿Si?

– ¿Me odias?

– No. Entiendo que fue necesario.

– Me alegra oír eso.

– Por lo menos pudiste contenerte un poco. Incluso le sacaste un diente –enseñó el diente del chico, el cual tenía envuelto en un pañuelo.– Miren.

– No debiste recoger eso. Es desagradable.

– Es una muestra muy valiosa para mí –dijo agachándose delante del menor, para que viera mejor el diente.

– Eren, ¿No estás feliz de no ser disecado por locos como ella?

– No me pongas junto a esos tipos. Yo no mataría a Eren –miró al nombrado.– Oye, ¿Me dejas ver tu boca un segundo?

– ...

Eren, resignado, abrió la boca. Hange exclamó sorpresa.

– Su diente...volvió a crecer.

[Noche]

[Residencia Ohara-Ackerman]

Como cada vez que estaban ambos en la misma casa, Tn se encargaba de la cocina y Levi de la limpieza, cada uno en lo que mejor hacía fuera del ejercito. Tras la cena y una taza de té, subieron al cuarto para irse a dormir, pues tenían que levantarse muy temprano al día siguiente.

[Cuarto]

Tn se colocó su pijama, se acercó a su esposo cuando se quitaba la camisa, y lo abrazó.

– ¿Qué sucede? –preguntó, levantando una ceja.

– Es triste que pasemos tan poco tiempo juntos...

– Sí –la tomó por la cintura.– Pero es trabajo. Tú no dejarás la Policía ni yo la Legión.

– Lo sé. Como siempre, voy a extrañarte, esposo Levi.

– Tonta –sonrió.– Si no estás muy cansada, podemos...tener una despedida.

– Estoy algo cansada...pero, como señora Ackerman, resisto.

– Tch –sonrió.– Bien, adelante.

El pelinegro tomó a su esposa en brazos y la cargo hasta la cama; ella rió, sonrojada.

[Días después]

El Escuadrón Levi iba a caballo por aquel bosque, dirigiéndose al viejo castillo el cual, alguna vez, fue uno de los cuarteles de la Legión.

Freedom 🗡️ Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora