Freedom 🗡️ Levi Ackerman

🗡️ 30. Legión

[Día siguiente]

Tn despertó, se removió un poco bajo las sábanas y refregó sus ojos, para luego abrirlos con pereza. La puerta se abrió, llamando su atención. Levi entró al cuarto, tenía una toalla alrededor de su cintura y el cabello mojado.

– Buenos días, princesa.

– Buenos días, Anata –sonrió, incorporándose.– Como siempre, te despertaste antes que yo.

– Me levanté hace unos 5 minutos.

– Tú y tus duchas de combate. Desearía ser tan rápida en la ducha también.

– Tch. Mocosa.

– Como sea. Me daré una ducha y prepararé el desayuno.

– De acuerdo. Me alistaré y despertaré a Haruki.

– Está bien –se levantó.– Minna vendrá en un rato, antes de que nos vayamos.

– Bien.

Tn se acercó a su esposo, lo besó y sonrió, para luego dirigirse al baño. Levi sonrió levemente y se vistió con su ropa interior y el uniforme militar de pantalón blanco, camisa blanca con su corbata de bolo con el logo de la Legión y botas marrones; cepilló su cabello y, una vez alistado, tomó su gabardina y salió del cuarto, dirigiéndose al de su hijo.

– Oye, mocoso –llamó, acercándose a él.– Despierta, enano –lo movió un poco.

El pequeño Haruki se removió un poco y abrió los ojos con pereza.

– ¿Papá...?

– Buenos días.

– Hola –sonrió.

– Levántate y alístate.

– Sí –se incorporó.– Ya voy –bostezó.

– Te buscaré ropa.

El pelinegro se dirigió al armario, lo abrió y sacó algo de ropa para su hijo: una camisa blanca, un suéter verde sin mangas, un pantalón corto negro y calcetines blancos.

– Ten –dejó la ropa sobre la cama.– Alístate y baja a desayunar.

– Sí, papá.

Levi revolvió el cabello de su hijo y salió del cuarto, cerrando la puerta a sus espaldas.

[Habitación principal]

Tn entró al cuarto tras ducharse, se secó y se colocó su ropa interior, para luego vestirse con una camisa blanca con la corbata de bolo con el logo de la Policía, pantalón blanco y botas marrones; cepilló su cabello y terminó de alistarse, tomó su gabardina verde y salió de la habitación, para bajar.

[Cocina]

Tn entró a la cocina, se colocó su delantal y amasó de nuevo la masa para pan que había preparado la noche anterior, para luego formar los panes y meterlos al horno; cuando aquellos estuvieron listos, los sacó y colocó agua a la tetera, poniéndola luego sobre el fuego. Preparó el té negro, colocó todo en la vendaje y salió hacia el comedor para servir el desayuno, justo cuando su esposo e hijo entraban al comedor.

– Buenos días, mamá –sonrió.

– Buenos días, cielo. Siéntense, el desayuno está listo.

Los tres tomaron asiento, para poder desayunar.

– Papá... –lo miró.– ¿Vas a irte de nuevo?

– Sí. Tengo una misión importante.

– ¿Tardarás mucho?