Glorious

Zona de guerra

Taehyung miró a Jungkook con una ceja alzada. —¿Qué?

—¿Te hiciste la prueba de embarazo? —volvió a preguntar con los brazos cruzados.

—Eso a ti qué carajo te importa.

—Me importa porque es mi hijo.

—¿Cómo estás tan seguro? Bien puede ser de Hoseok—soltó en un momento de enojo, sin medir sus palabras.

Jungkook hizo una mueca, una que siempre hacía cuando estaba celoso. Le miró de forma severa juzgando su respuesta, Taehyung incomodo de aquella profunda mirada se volvió a la nada.

—¿Eso es verdad? ¿No es mío? Mírame a los ojos y dime que no es mío.

—Jungkook ¿Qué cambiaría? Dime, si tenemos otro hijo ¿Qué habría de diferente?

Levantó la vista, miró a Jungkook quien a su vez le observaba en silencio, este suspiró y se sentó en el sillón que estaba en el estudio.

—Siéntate, vamos a hablar—dijo con seriedad, Taehyung asintió y se sentó frente a él, ambos se miraron con cautela—. ¿Por qué golpeaste a Jimin?

—Voy a defender a mi hijo de cualquiera que intente hacerle daño, y Jimin ha jugado con esa carta durante mucho tiempo, así que, le partiré la cara hasta que entienda que con mi hijo no se debe meter.

Jungkook asintió. —Hablaré con Jimin, no volverá a meterse con Jungwon, te lo prometo.

—¿Así de fácil? ¿Crees que las cosas se arreglan con un hablaré con él? Siempre fuiste iluso, pero no creí que tanto.

Jungkook suspiró pesadamente. —Jimin, él va a escucharme, y puedo asegurarte de que hará lo que yo le digo, no te preocupes por sus amenazas, no tienen sentido, él no hará nada en contra de nuestro hijo, no me haría daño a mí.

Taehyung elevó una ceja, queriendo encontrar el verdadero significado a esas palabras aunque hacerlo le causará malestar, contuvo la respiración y terminó asintiendo. Se quedaron en silencio por unos momentos, Jungkook negó, no había sido así siempre, antes se podía catalogar como el que mejor conocía a Taehyung, quien sabía todo acerca de él, pero ahora, era un libro indescifrable, del que había perdido el derecho de leer, se sentía confundido, estaba dentro de una relación con Jimin y lo quería, pero las cosas que Taehyung hacía o su presencia lo ponía en una encrucijada.

—Tae...

—¿Es todo? Quiero irme—dijo cansado.

Jungkook se levantó, acercándose a él, sentándose a su lado en el sillón de dos plazas, le miró, aunque este evitaba su mirada.

—Quiero saber...¿Es mío?

—¿Por qué te importa? —le miró perplejo—. No me digas que quieres ser padre, porque tienes un hijo al cual has abandonado y no atiendes.

—Si hago esto es por ustedes.

—No, si haces esto es por ti, por nadie más que por ti, tú mismo lo dijiste, nosotros no figurabamos en tu plan perfecto de vida. Esa es la realidad. Una que me hubiese gustado ver antes.

Jungkook hizo una mueca, se volvió hacia el frente y tragó en seco. —No espero que lo entiendas, pero si me alejé de ustedes fue por su bien.

—Sigues con eso—gruñó poniéndose de pie—. Si intentas sentirte mejor, entonces está bien, lo acepto, pero ya basta, estoy harto de esto, si Jimin sigue amenazandome entonces haré algo que a ninguno de los dos les gustará.

—¿Qué es lo que harás? —dijo levantándose y acercándose a él, quien no retrocedió—. No deberías amenazar al padre de tus hijos.

—Tú no eres un padre, no sabes serlo. Nunca lo has sido y nunca lo serás.