Glorious

Recuperación

Era de día, podía verlo a través de la ventana, las luces de la cuidad se habían apagado, los grandes edificios comenzaban a cobrar vida, las personas estaban despiertas, hacia frío, pero no tenía la fuerza de levantarse, se mantuvo en silencio mirando alrededor, tratando de que el mareo pasara. Era un mal momento, pero, todo había acabado. Escuchó la puerta y de inmediato se volvió para ver quién estaba entrando, su respiración se detuvo por unos momentos.

—¿Qué haces aquí?

La mirada que recibió como respuesta le puso nervioso, si estaba ahí, era porque sabía todo, pero no le estaba gritando, simplemente lo observaba con profundidad, podía ver el dolor reflejado en sus ojos, lo conocía muy bien a pesar de los años.

—¿Por qué? —fue lo que preguntó—. Dime, si tu plan hubiese sido perfecto ¿Jamás me hubieras dicho?

—¿Qué haces aquí? ¿Quien te dijo?

Jungkook bufó. —¿Eso importa?

—Importa—asintió.

—Todo el mundo sabe que estás aquí, pero nadie sabe la verdadera razón.

—¿Jimin lo sabe? —entrecerró los ojos.

—Sí.

Taehyung cerró los ojos, sintiéndose mareado de repente. —Entonces estoy jodido.

—No va a decir nada—soltó molesto—. Esto no se trata de Jimin, se trata de lo que has hecho, dime ¿Me lo ibas a decir?

—No—susurró—. No es tu asunto...

—Es mi asunto, porque era mi hijo y de nada va a servir que digas que no lo era, yo...

Taehyung rio por lo bajo, de manera amarga y cruel. —¿Tú hijo? —negó con los labios y manos temblorosos—. Vamos Jungkook, tú ni siquiera quieres a Jungwon, no vengas aquí a poner una cara que no te corresponde.

—Debiste decirme.

—¿Para qué? ¿Qué es lo que ibas a decir? ¿No eras tú el que quería que hiciera esto con Jungwon? No seas estupido, no me harás sentir mal por algo que tú no querías.

—Me dijiste que fue negativo.

—No tenía porqué decirte la verdad. Ahora, quiero que te vayas.

Jungkook le miró con el ceño fruncido, se acercó lo suficiente para ver de cerca sus ojos. —Taehyung...

—¡¿No entiendes que no te quiero cerca?! Quiero que te alejes de mí.

—Tae...

—Después de tantos años lo he entendido, lo sé ahora—bajo la cabeza dejando que sus lágrimas de dolor abandonaran sus ojos—. Jamás me vas a amar de la misma forma que yo lo hago y no nos vas a elegir, ni a mí, ni a Jungwon, lo entendí—sonrió melancólico—. Por eso lo hice, porque ya no quiero nada que me ate a ti, por fin comprendí, y ahora, sólo quiero estar solo.

—Lo siento—dijo con un nudo en la garganta—. No sé que debo decirte.

—No digas nada, porque nada de lo que digas puede ayudar—le miró con seriedad—. Dejemos esto así, te libero de todo Jungkook.

—No entiendo.

—Me voy a alejar de ti, no pediré que hables con Jungwon, ni que lo veas, entiendo eso y ahora te libero de ser el padre que no quieres. Ya nada nos ata.

—No puedes hacer eso, es mi hijo.

—Mírame a los ojos y dime que lo quieres, que en verdad lo quieres y que vas a estar en su vida.