Los corazones rotos que se hacen uno

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Quisiera saber ¿Qué les está pareciendo la historia hasta el momento?

Taehyung fue dejado por su manager en el estacionamiento subterráneo del edificio de Hoseok, durante el camino había pensado lo que le diría, pero, cualquier discurso que estructuraba carecía por completo de congruencia, porque no existía la maner...

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Taehyung fue dejado por su manager en el estacionamiento subterráneo del edificio de Hoseok, durante el camino había pensado lo que le diría, pero, cualquier discurso que estructuraba carecía por completo de congruencia, porque no existía la manera correcta de romper el corazón de alguien. Eran culpable, porque supo desde el principio que Hoseok estaba enamorado de él, pudo parar cualquier coqueteo, pero sentirse deseado y querido por alguien más después de haber sido destrozado por Jungkook, se sentía tan bien que pensó que podía olvidar aquel intenso amor de juventud, Hoseok era increíble, talentoso, apuesto y amable, pero eso para su estúpido corazón no era suficiente.

Creyó que podrían mantenerlo en algo casual, sin embargo, tras el paso del tiempo de había dado cuenta que uno de ellos estaba ilusionado, no es que no quisiera a Hoseok, claro que lo quería, pero, no era suficiente, en su indecisión le había causado daño, ni siquiera pensaba que sentía algo por Yoongi, sólo se había dejado llevar por el momento, estaba jodido.

—¿Vengo por ti a las seis de la mañana? —preguntó su manager.

—No, espera, no me quedaré—soltó con seriedad, bajó del auto y caminó tranquilo, bien cubierto hacía el elevador, pensar en enfrentarse a Hoseok era aterrador.

Pero no tenía opción, el camino por el elevador hacía el piso correspondiente fue más lento de lo que hubiera querido, cuando llegó al piso, bajo con discreción, se encaminó al departamento, ese tramo tenía que ser rápido, por lo que no tuvo tiempo de pensar nada. Tocó y no pasó mucho tiempo para que le abrieran la puerta, de camino le había avisado a Hoseok que iría a verlo.

Hoseok le sonrió en grande, una de esas sonrisas que hacían que su interior se calentara, siempre era bueno verlo, estar cerca de él lo llenaba de un aura de tranquilidad que difícilmente podía encontrar en otra persona. Entró quitándose la chaqueta y la gorra, al igual que los zapatos.

—¿Cómo estás? —preguntó mirándolo recargado en la pared—. Me sorprendió que quisieras venir a verme, hace mucho que no lo haces ¿Paso algo?

Le miró relamiendo sus labios. —Tengo algo qué hablar contigo—dijo con una mueca—. Pero, no pude hacerlo en la empresa.

—Está bien, de igual manera estaba algo ocupado, pasa.

Ambos caminaron por el pasillo de la entrada, el departamento de Hoseok siempre le había parecido una estancia infantil, era colorido, lleno de cosas y juguetes coleccionables, figuras únicas, era acogedor. Se sentó en la sala.

—¿Quieres tomar algo?

—No—negó sin siquiera sonreír, sus manos estaban sudando.

Hoseok elevó una ceja y se sentó en el sillón que estaba a su lado. —Vas a terminar conmigo ¿Verdad? Bueno, no es que hayamos estado en algo ¿Serio? Pero, me entiendes.

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