Glorious

Una mano cálida

Pocas veces en su vida se había sentido tan miserable como ese día, era difícil concentrarse y pensar con claridad, había una nube gris que se cernía sobre él, no había hablado en todo el camino, aquello parecía tan clandestino, tan erróneo, que el escalofrío que recorría su cuerpo estaba muy presente. Estaba perdido en sus pensamientos. Lo que haría se quedaría grabado en su mente por siempre, porque no era algo fácil, esas cosas nunca lo eran.

Sin embargo, y muy a pesar de que su corazón dolía, estaba seguro de su decisión y de lo que estaba por hacer, era lo mejor, se repetía de forma constante, no podía ser de otra manera, era la mejor salida a una situación que podría condenarlo, a estar más encadenado a Jungkook y a ser juzgado, esto último no sólo afectandole a él sino también a su hijo, al cual quería proteger con fuerza. No dejaría que este pagara por sus errores, no más.

Le dolía pensar en que si las cosas hubiesen sido diferentes entre ellos, podría estar alegre con la idea de un nuevo hijo, pero lamentablemente no era así, Jungkook ni siquiera quería a Jungwon y mucho menos lo haría con ese nuevo bebé, para él su carrera y Jimin eran más importantes.

—¿Estás bien?

Miró a Yoongi con una mueca. —¿De verdad preguntas eso?

—El silencio me incomoda—se encogió de hombros.

Yoongi había accedido a acompañarlo, eran las tres de la mañana, Hoseok les había dicho que llegaran a esa hora, entrando por el estacionamiento subterráneo, aún no podía creer que le estaba ayudando después de todo el daño que le hizo, se sentía terrible, como el peor desgraciado del mundo, sentía que nunca mereció que alguien como él lo amara, porque Hoseok era una persona increíble y él sólo un estupido que tomaba malas decisiones. Quería hablar con él y disculparse, pero no tenía la cara para presentarse de frente.

—Llegamos—dijo poniéndose la gorra y los lentes. Taehyung hizo lo mismo, ambos bajaron del auto, nadie sabía dónde estaban, se arriesgaban a tener muchos problemas, pero era necesario.

Caminaron en silencio, tomando el ascensor subterráneo, Yoongi le miraba de reojo, él intentaba ignorar sus ojos, no quería verlo, no quería que nada irrumpiera en su mente, no en ese momento.

—¿Estás seguro?

—No he cambiado de opinión—asintió con una mueca.

Yoongi no dijo más, ambos bajaron en el primer piso del hospital, donde un doctor les esperaba, a su lado estaba Hoseok, quien lucia serio, Taehyung paró en medio del pasillo al verlo, sus ojos se agrandaron y se cristalizaron.

—Soy el doctor Wang, me haré cargo del procedimiento, todo este piso está cerrado, su habitación es la numero veinte, una enfermera le va a acompañar, pasaré a explicarle todo.

—Gracias—contestó Yoongi por él, al ver la situación se alejó—. Estaré por allá y....eso.

Hoseok y él estaban a una distancia considerable, Taehyung bajo la mirada mientras no dejaba de ser visto de una forma severa, lo pero de Hoseok es que era un angel, pero cuando su mirada se endurecia, estaba atemorizado de enfrentarse a él, lloro por vergüenza y remordimiento, se mantuvo así, sollozando perdido hasta que unos brazos cálidos rodearon su cuerpo, el aroma que su cuerpo desprendía era bien conocido, escondió la cabeza en su cuello, abrazandolo con fuerza, era como si el alma hubiese regresado a su cuerpo, como si la carga que llevaba sobre los hombros se hubiera aligerado.

—Lo siento—fue lo único que pudo susurrar.

—Todo va a estar bien.

Hoseok se separó tomando nuevamente su distancia, dejando claro que ese abrazo no había cambiado nada. Lo miró con una sonrisa dolorosa. Caminó inseguro hasta la habitación, cuando saliera de ahí algo habría cambiado y ni siquiera sabía cómo sentirse al respecto.