Plan imperfecto

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Namjoon estaba ocupado, miraba el montón de cosas que tenía que revisar para ese día, pero, lejos de estar estresado, se hallaba tranquilo, porque ese día, después de lo que para él parecía una eternidad, vería a Jin, pasaría con él todo el fin de semana, no importaban los pendientes, siempre había cosas que podía hacer después, pero no podía seguir retrasando estar con su novio. Su novio. Aquella etiqueta y palabra aún resultaba extraña después de tantos años de amarlo sin ser correspondido.

SeokJin era especial, y él lo tenía muy en cuenta, por eso, quería hacerlo sentir como que había tomado la decisión correcta al elegirlo para ser su novio, de su parte, Namjoon tenía claro que lo suyo era duradero, por nada del mundo lo dejaría ir, sería un estúpido si lo hiciera.

—Señor Kim—dijo su asistente entrando sin llamar, iba a llamarle la atención por ello cuando vio su semblante mortificado—. Es algo urgente señor.

—¿Qué sucede?

—Hubo un accidente. Uno de los autos de la empresa se estampó contra una pared de un edificio.

Elevó una ceja consternado. —¿Un choque? ¿Cómo está el conductor?

—Esta grave señor y eso no es lo peor, iba un artista en la parte de atrás.

Su semblante cambió por completo, se volvió más serio y frío, un escalofrío recorrió su cuerpo entero y una opresión en su pecho creció, no sabía si Jin ya había llegado a la empresa, tampoco si alguno de sus amigos lo había hecho.

—¿Quien? ¡Responde rápido!

—Kim SeokJin—dijo ella, al tanto de la relación que ambos tenían—. Está en el hospital y....

No le dio tiempo de terminar, tomó su saco y salió rápidamente de la oficina, ella iba siguiéndolo, aunque era casi imposible seguirle el paso.

—Su chofer está abajo. Señor, los medios ya lo saben.

Los medios, maldijo en voz baja. —Lanza un comunicado, di que por el momento no podemos decir nada hasta no esclarecer lo sucedido, que estamos centrados en la salud de nuestro trabajador y el artista. ¿La policía está en ello?

—Sí señor.

—Bien.

Aunque estaba respondiendo, aparentando lógica y cumpliendo con el protocolo, por dentro estaba hecho un caos total, no entendía mucho de lo que estaba pasando, Jin estaba herido y no sabía la gravedad del asunto. El camino a su auto fue una tortura, más aún el tráfico al que se enfrentó, en todo momento pensaba en Jin, quería llorar, gritar, maldecir, cualquier cosa que le ayudará a sacar la tensión que había en su pecho, pero no sabía cómo hacerlo, su mente estaba dispersa, podía sentir su celular vibrar en su bolsillo, no tenía cabeza para responder, menos a su padre o a la mesa directiva que esperaban respuestas, lo único que le importaba era saber si Jin estaba bien.

Llegaron al hospital, que estaba abarrotado de medios de comunicación, su chófer entró por la puerta trasera del estacionamiento, bajo rápidamente y subió al ascensor, al llegar al piso, miró a una enfermera.

—¿Kim SeokJin? —preguntó de forma brusca, no había tiempo para ser amable.

—No le puedo proporcionar ese tipo de información.

Maldijo en voz baja, saco su identificación. —Soy Kim Namjoon, CEO de la empresa donde él trabaja.

La mujer asintió. —Está en cuidados intensivos, está siendo revisado, el médico hablara con la familia en unos momentos, está en la zona restringida del hospital, mi compañera lo va a acompañar ahí señor.

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