Regalo del alma

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—Te ves como aquel hombre que maneja playboy—dijo con una risa infantil.

—¿Hugh Hefner? Moriría por tener la suerte de ese hombre—rio cerrando la bata negra con ambos lazos, se acercó a la cama y se sentó al lado de él—. ¿Te sientes mejor? Me dijo Hoseok que tuviste problemas en la clase de baile, no debo dejar que te malpases.

—Estoy bien—bufó cerrando los ojos tras las caricias en su mejilla—. Tengo que bajar de peso, eso es todo.

—El precio de la fama—suspiró—. También tengo que hacerlo, en unas dos semanas regreso, podemos hacer dieta juntos—susurró acercándose a él hasta hacer que volviera a acostarse en la cama—. ¿El ejercicio? Bueno, creo que tengo el ejercicio perfecto.

Besó sus labios acolchados con una sonrisa. —Creo que eso me gusta—suspiró cuando sintió los besos en su cuello.

Yoongi levantó su pierna desnuda para ponerla en su cintura, sentir a Jimin era la gloria, una que lamentablemente tenía que guardar en secreto.

—Abajo hay algo para ti.

Jimin soltó una carcajada. —Pervertido.

—No, habló del bolsillo de la bata, ve a buscar.

Le miró por unos segundos sin comprender lo que estaba diciendo, bajó una de sus manos acariciando su cuerpo, hasta que dio con el bolsillo, ahí había algo duro y cuadrado, lo sacó pensativo mirando una caja negra, Yoongi se echó a su lado sonriendo.

—No es mi cumpleaños, faltan doce días, apenas estamos a primero de octubre—dijo con una ligera sonrisa, no pudo evitar que sus ojos brillaran por el regalo.

—Lo sé, pero cumplir diecinueve es una gran cosa ¿No? Puedes tener una semana de celebración, este es tu primer regalo—dijo con una sonrisa encogiéndose de hombros—. Ábrelo.

Jimin se sentó en la cama, cubriéndose con la sabana roja, habían pasado un par de meses desde que aquella extraña relación con Yoongi había comenzado y cada día era algo nuevo, que hacía a su corazón vibrar y sus ojos brillar como estrellas.

—Woow—susurró cuando abrió la caja, dentro había terciopelo negro, sobre este estaba una pulsera de plata, con un pequeño dije de mariposa, que tenía un diamante pequeño y amarillo en el ala—. Es hermosa.

Yoongi se sentó frente a él. —Esto será lo más estúpidamente cursi que haga en toda mi vida, pero, tengo que hacerlo—bufó tomando la pulsera—. Creo que nosotros hemos comenzado de una forma extraña ¿No? —rio por lo bajo—. Pero me gustas, todo en ti me gusta, eres inocente, tierno y dulce, lo que necesitaba para calmar mi mente—le miró nervioso—. Por eso quería preguntarte, Jimin ¿Quisieras ser mi novio?

Los ojos de Jimin se abrieron debido a la sorpresa, comenzó a sentirse nervioso, balbuceo antes de que una enorme sonrisa se dibujara en sus labios. —S...í... ¡Sí quiero!

—Entonces saldremos juntos, pero, tiene que ser en secreto, sabemos que si alguien se entera puede ser problemático para mí, pero más para ti que aún ni siquiera debutas ¿Está bien?

—Seremos como Taehyung y Jungkook—sonrió alargando la muñeca—. ¿Me la pones?

Yoongi asintió, mientras le colocaba aquella pulsera sentía que su pecho explotaba con un calor abrasador, estar con Jimin le hacía bien, lo calmaba, le hacía feliz.












Miró su celular en silencio, mientras la pista para la canción que se suponía haría con Jimin estaba reproduciéndose, suspiró cansado, ese día en especial sentía ansiedad, podría ser igual que otros años, él esperando a que Jimin subiera fotos de agradecimiento o alguna canción, un live que miraría desde una cuenta secreta, o le escribiría algo en su cuenta de fan, era patético, si SeokJin lo supiera le haría burla por el resto de su vida, sin embargo, ese año algo se sentía diferente, después de haber probado nuevamente los labios y el cuerpo de Jimin todo a su alrededor parecía diferente.

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