Huida

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—Soy un idiota, dilo, es lo que estás pensando.

Jungkook observó a Jimin desde donde estaba sentado, lucía miserable, más que otros días, sus ojos estaban hinchados y rojizos debido a que no había dejado de llorar, sus labios mordidos y su piel pálida, se encontraba con una sudadera muy amplia, la capucha de esta cubría su cabeza por completo, abrazaba sus piernas contra su pecho, intentando encontrar el soporte que necesitaba.

—¿Qué esperabas que pasará? Te lo dije, te advertí que estabas jugando con fuego, Jimin ahora te has quemado por completo.

—Sólo quería verlo una vez más—susurró cerrando los ojos, era incapaz de mirar a Jungkook a los ojos—. Ahora ¿Qué es lo que tengo que hacer?

—Deja de jugar, sabes que tienes dos opciones, afrontarlo o dejarlo por completo—se encogió de hombros con seriedad.

—No puedo abandonarlo, sabes que le rogué a JiYong para que me dejara hacer esta colaboración—suspiró frustrado—. Aunque dudo mucho que pueda estar en la misma habitación que él.

—Jimin, te lo dije—chasqueo la lengua—. Pero, esto puede ser bueno, es momento que dejes de jugar y confrontes tu pasado.

—Sabes bien que hay cosas que Yoongi no puede saber—relamió sus labios, nervioso.

—Entonces ¿Seguirás jugando? —negó con una mueca—. Eres mi mejor amigo, sé bien que tienes miedo, pero Jimin, basta, entre más lo hagas, más te jodes la malita existencia—rio por lo bajo—. En eso somos iguales.

Jimin se levantó para ir a la cómoda que estaba cerca, una que estaba bajo llave, la abrió con dedos temblorosos, Jungkook al mirar lo que estaba por hacer gruñó. Jimin regresó a la mesa de la sala, se sentó en el piso y colocó todo en la superficie plana.

—Eres lamentable—dijo molesto—. Deja de hacer esa mierda y afronta la maldita realidad.

—No puedo—esperó unos momentos antes de que el ardor en su nariz parara—. Jamás podré hacerlo, Yoongi no me lo perdonará, no lo hará.

—Sólo sé honesto, dile la verdad—chasqueo la lengua acercándose a él, se sentó a su lado en el piso, permitiendo que Jimin acomodara su cabeza en su hombro—. Él lo entenderá y te ayudará, estoy seguro de que lo hará.

—Pero antes me mirará con odio, en estos años he hecho todo para parecer feliz, entonces creerá que esto es lo que quería. Y no puedo soportarlo, no puedo hacerlo.

—No puedes vivir tu vida de esa manera, te estas destruyendo, sólo regresa a ese departamento, no hagas lo que yo hice. Jimin la respuesta es más sencilla de lo que crees.

—Yoongi odia a las personas como yo—susurró con los ojos cristalinos, alargó la mano para tomar la mejilla de Jungkook y hacer que le mirara—. ¿Tú me odias?

Jungkook le miró fijamente, los ojos de Jimin estaban perdidos, brillantes y agitados, suplicaban de forma silenciosa, él no pudo hacer más que negar.

—No te odio, sabes que eso es imposible. Déjame ayudarte y...

—No—negó incómodo—. Estoy bien, lo único que necesito es tiempo, poder pensar mejor las cosas e idear un plan, saber qué decirle a Yoongi, no es nada diferente a otras veces—rio por lo bajo—. Vamos a Japón, por favor, tengo una entrevista allá, pero podemos pasar unos días y divertirnos.

—Jimin, yo acordé con Taehyung que pasaría este fin de semana con Jungwon....

—Por favor—se puso frente a él y suplicó con sus manos juntas, estaba desesperado.

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